Emma Hayes, entrenadora del Chelsea que en mayo lo será de la selección de EE.UU., afirmó que las relaciones entre jugadoras dentro de un mismo equipo son «inapropiadas» porque presentan retos adicionales de gestionar, aunque reconoció que «estamos tratando con seres humanos».

Hayes habló en una conferencia de prensa ayer jueves antes del partido de la WSL contra el Arsenal. Allí se le preguntó sobre la protección a las jugadoras después de que en los medios británicos se afirmara que el entrenador del Leicester femenino, Willie Kirk, está siendo investigado acusado de tener una relación con una pupila suya. «Tenemos que tener salvaguardias y asegurarnos de que sean accesibles para todos y cada uno de los clubes para proteger a las jugadoras», dijo.

«Las relaciones jugador-entrenador son inapropiadas y las relaciones entre jugadoras también», dijo Hayes. «Pero tenemos que verlo en el contexto de dónde viene el juego y decir ‘mira, ahora estamos en una era profesional’ donde las expectativas para las jugadoras y entrenadores son tales que todo nuestro enfoque y atención tiene que ser tener las más altas exigencias. Las relaciones entre jugadoras pueden ser difíciles de gestionar para un entrenador», dijo.

«Puede pasar, por ejemplo, que una es titular y la otra no o que una esté en el último año de su contrato y la otra no. Todos sabemos, aquellos de nosotros que hemos estado en el fútbol femenino durante un largo período de tiempo, que esas cosas han estado sucediendo en los vestuarios. Lo ideal es que no tengas que lidiar con eso. Pero hay que tener en cuenta que estamos hablando de personas». Hayes dijo que es importante ponerse en contexto: «El fútbol femenino, tal como lo conocemos, ha sido un deporte muy amateur durante mucho tiempo, por lo que, y lo digo también en relación con las relaciones entre jugadoras, hay situaciones que debemos afrontar».

En su equipo, el Chelsea, la danesa Pernille Harder y la sueca Magdalena Eriksson han mantenido una relación durante la última década y han jugado juntas en el Chelsea durante tres temporadas. Ambas se mudaron al Bayern de Múnich el verano pasado.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO