El informe pericial sobre la muerte de Diego Armando Maradona ha determinado que no habría rastro de alcohol o drogas en el organismo del futbolista que falleció el pasado 25 de noviembre. Sin embargo, sí se encontraron psicofármarcos como “venlafaxina, quetiapina, levetiracetam y naltrexona”, según fuentes de la investigación.
Entre los datos más importantes que han revelado los peritos está el que asegura que no hubo muerte súbita y que la agonía en la cama donde descansaba se pudo prolongar entre seis y ocho horas.
La autopsia determinó que el excapitán de la selección campeona del mundo en México 86 murió como consecuencia de un “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada” y descubrieron en su corazón una “miocardiopatía dilatada”.
Esta información será determinante en la causa penal abierta a partir de las denuncias como la del abogado Matías Morla que indicaba una negligencia médica. Se refuerza la hipótesis de un delito por parte de los encargados de la salud de Maradona.
“Es tan importante lo que apareció como lo que no surgió de estos análisis de laboratorio, que a simple vista confirman que a Maradona le daban psicofármacos pero ningún medicamento para su cardiopatía”, dijo a Télam uno de los investigadores judiciales de la causa.
Fuentes médicas vinculadas al expediente explicaron a Télam que la venlafaxina es una droga antidepresiva que se utilizan para tratar trastornos de ansiedad; la quetiapina es un antispicótico también usado para cuadros de depresión grave y algunas adicciones; y el levetiracetam es un antiepiléptico que actúa sobre el sistema nervioso central y puede producir somnolencia y disminución de la capacidad de reacción.
La naltrexona bloquea el efecto de los medicamentos opiáceos y se usa para evitar la abstinencia al alcohol.
Días después del fallecimiento del Pelusa, la investigación judicial imputó por homocidio culposo al doctor Leopoldo Luque, quién lo operó días antes antes de su muerte.
Otra de las protagonistas imputadas y que declararon en la causa abierta, fue la enfermera encargada del cuidado del Diego en el domicilio donde perdió la vida. Gisela Madrid, representada por el abogado Rodolfo Baqué, narró como fueron esos días y los problemas que tuvo para realizar su trabajo.
TOMADO DE DIARIO AS