La actitud más conservadora del Barça en el segundo tiempo, al que se llegó con 3-1 de ventaja sobre el Nápoles, tuvo consenso entre los jugadores justo antes de saltar al terreno de juego. Según captaron las cámaras, en el mismo túnel de vestuarios se escuchó a Leo Messi ejerciendo de capitán y haciendo un llamamiento a la tranquilidad para no dar concesiones al conjunto de Gennaro Gattuso, que habría accedido a los cuartos de final en caso de haber empatado a tres tantos gracias al valor doble de los goles fuera de casa en caso de igualada.

Messi tomó la palabra y el resto le siguieron. “Van a salir fuertes. No seamos pelotudos. Tenemos dos goles de ventaja, no seamos pelotudos. Hay que ir tranquilos”. Sergi Roberto intervino justo después: “Balón, vamos a tener balón”. Y Luis Suárez insistió en la idea de Messi: “No nos metamos en un quilombo nosotros mismos. Dale, dale”. A lo que Leo volvió a repetir lo anterior: “Vamos a jugar tranquilos, vamos a jugar tranquilos, que les hacemos ocho”.

Al final, antes de regresar al césped, aparecieron en la conversación Jordi Alba y Gerard Piqué, otros dos pesos pesados de la plantilla. “Cuando recuperamos y volvemos para atrás, no se la demos al portero”, señaló el lateral izquierdo, mientras el central añadió: “No nos metamos dentro del área”.

El Barça jugó, por tanto, con el resultado sabiendo que un gol del Nápoles le metía de lleno en la eliminatoria de nuevo y evitó riesgos para que no reflotaran los fantasmas de las debacles de Roma Liverpool. El viernes, en Da Luz (Lisboa) ante el Bayern Múnich de Hans-Dieter Flick, no se esperan muchos momentos para la quietud ante el intratable equipo bávaro, que persigue el triplete y solo ha cedido un empate en 27 encuentros desde diciembre.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO