La llegada de Zlatan Ibrahimovic al Hammarby no gustó a los simpatizantes violentos del Malmo, su clásico rival y el club en el que el sueco debutó como profesional. La desaprobación fue más allá y los ultras, por la madrugada, pintaron la estatua de Ibra, ubicada entre los dos estadios, y le dedicaron intimidatorios mensajes. También hubo mensajes en una de sus casas.

«Judas», «Muere, gitano», «Muévanla de aquí» son algunas de las frases que quedaron grabadas tanto en la estatua como la casa del ex Barcelona. Según medios locales, por la madrugada, los ultras del Malmo intentaron incendiar la escultura, además de causarle destrozos y taparle el rostro con una bolsa de plástico y una tapa de inodoro.

La estatua, de bronce y de unos 3 metros de alto, fue un mimo de parte de la Federación Sueca por lo que representó Zlatan para el fútbol internacional. Ibra fue el máximo anotador (69) en la historia de la selección de Suecia, con la que jugó dos mundiales de fútbol y cuatro Eurocopas. Hoy su futuro deportivo es incierto tras salir de Los Ángeles Galaxy, de la MLS.

Zlatan nació en Malmo, Suecia, e hizo infantiles en distintos clubes barriales de la zona. En 1996, con 15 años, fichó con el Malmo y tres años más tarde debutó en el primer equipo. En su paso por el club sueco jugó 47 partidos y anotó 18 goles. A los 20 años fue vendido al Ajax de Ámsterdam, donde empezaría a hacer historia.