El Verona-Brescia tenía pinta de ser un partido insulso, y ojalá lo hubiera sido. Porque el motivo por el que se habla de este encuentro es de lo más desagradable.

Y es que Mario Balotelli ha amenazado con abandonar el terreno de juego por culpa de los cánticos racistas de una parte de la afición local.

El delantero se acercó al banderín de córner y pegó un balonazo hacia la grada antes de tomar rumbo a los vestuarios como medida de protesta.

La intervención de sus compañeros, rivales y el árbitro le hicieron desistir de sus intenciones, pero el partido estuvo detenido cerca de cinco minutos.

Otra parte de la grada reaccionó coreando el nombre del exinternacional transalpino, que cerró la tarde marcando el gol que permitía recortar distancias a su equipo (2-1).