Kylian Mbappé sigue con su meteórica ascensión en el fútbol francés y europeo. El recital del joven futbolista francés ante el Mónaco en la jornada intersemanal (1-4) vino acompañado de otros dos goles más, lo que le sitúa ya como segundo máximo goleador de la Liga con 13 -pese a haberse perdido buena parte del arranque de temporada por lesión-.

Sin embargo, su importancia en el PSG va más allá de los goles. El peso que ha cogido en el equipo le hace ser el líder indiscutible para Tuchel, por encima, incluso, de Neymar, que también hizo un gran partido en Mónaco. El mejor ejemplo del liderazgo que ahora mismo atesora Mbappé en comparación con Neymar se vivió precisamente en el encuentro en el Estadio Luis II monegasco. Al filo del descanso, cuando el PSG ya ganaba 0-1, el árbitro decretó un penalti a favor de los parisinos.

Mbappé, que había marcado precisamente el gol, cogió el balón con la idea de ampliar su cuenta, pero se le acercó Neymar y el propio Kylian le cedió la pelota para que lo lanzara el brasileño. Renunció así a un posible hat-trick que a la postre se hubiera producido, pues en el segundo tiempo marcó el segundo de sus goles que, junto al penalti, hubieran completado el triplete.

Esta imagen contrasta con otras que ha habido hace poco en el PSG también justo antes de lanzarse penaltis. Hace dos temporadas, Dani Alves decidió que Neymar tirara uno pese a la insistencia de Cavani en una imagen que dio la vuelta al mundo. Esta misma campaña, Neymar, ya como responsable, sí le dio al uruguayo la opción de lanzar uno que aparentemente no le correspondía. Parece que Mbappé ha subido en esa jerarquía interna y es ahora quien cede o no la pelota. En Mónaco sí quiso que Neymar tirara.