Michel Platini, ex presidente de la UEFA y que fue presidente del Comité Organizador del Mundial de 1998, reconoció en una entrevista a ‘France Bleu’ que el sorteo de aquel torneo que se disputó en Francia y que venció la selección anfitriona, fue manipulado “para evitar” que el equipo galo y Brasil se enfrentasen antes de la final.
Francia, efectivamente, disputó la final ante Brasil, campeona en 1994 y que estaba liderada por Ronaldo, después de un campeonato en el que ambas comenzaron encabezando los grupos A y C, tal como explicó Platini, con el objeto claro de apartar sus caminos durante todo el torneo.
“No nos aburrimos durante los seis años que ocupamos en organizar la Copa del Mundo”, explicó Platini, bromeando al admitir que “hicimos algunas pequeñas travesuras para ver una final entre Francia y Brasil que fue el sueño de todos”.
En 1997 Brasil y Francia fueron las dos primeras cabezas de serie en ser elegidas durante el sorteo. La canarinha como campeona mundial y la gala como organizadora. Antes de ser distribuidas ‘al azar’ entre los 8 grupos de la liguilla, Brasil fue dirigida directamente al grupo A y de forma automática se colocó a Francia en el C.
¿Por qué esta elección? Si ambas selecciones cumplían con las expectativas y se clasificaban para octavos como campeonas de grupo, sus caminos se separarían en el cuadro y no se encontrarían hasta la final. Existía solo un riesgo: que una de las dos quedase en segundo lugar… Y curiosamente los suyos fueron dos grupos considerados ‘asequibles’ para cumplir dicho objetivo.
“Cuando organizamos el calendario hicimos un pequeño truco”, se sonrió Platini, reconociendo que se dirigió el sorteo. “Acabando primeros en nuestro grupo y haciéndolo Brasil en el suyo no podríamos encontrarnos hasta la final”, solventó.
Así ocurrió por cuanto a Brasil la acompañaron en el grupo A Marruecos, Noruega y Escocia mientras que con Francia, en el grpo C, se alinearon Dinamarca, Sudáfrica y Arabia Saudí. En el último partido de este grupo, con el liderato en juego, se enfrentaron Francia y Dinamarca, con victoria gala por 2-1 y un controvertido arbitraje del italiano Pierluigi Collina, que favoreció a los anfitriones con un penalti.
Fueron, ya se dijo en su momento, los dos grupos menos controvertidos de la primera fase. Brasil y Francia pasaron como campeonas y, como estudió Platini en su momento y reconoció ahora, al cabo de 20 años, dio paso a que se cumplieran esas previsiones estudiadas en su ‘trampa’. Francia jugó, y ganó, la final contra Brasil.