Desde que se produjo, la última jugada del partido de vuelta de semifinales de la Champions entre el Real Madrid y el Bayern de Múnich ha dado mucho que hablar. Una jugada en la que el juez de línea señaló un fuera de juego que después, en el VAR, se supo que no era pero que Marciniak señaló como tal al ver que su compañero había levantado la bandera prematuramente. Por lo tanto, todo lo que vino después (el gol de De Ligt), no fue válido y permitió al Real Madrid acceder a la final.

Así, tiempo después, Toni Kroos, allí presente, ha reconocido que el error fue tal y que, por tanto, el gol debió haber subido al marcador. “Es un mal manejo. Hay que dejar que el juego continúe”, dijo el jugador alemán en un podcast que dirige junto a su hermano Félix. «Creo que el error es principalmente del juez de línea».

La UEFA, en estos casos, pide a los árbitros que no detengan el juego inmediatamente por situaciones de fuera de juego ajustadas. Y las repeticiones de televisión mostraron que estuvo muy cerca. «Si levanta la bandera ahora, el árbitro supone que su juez de línea lo ve exactamente así y confía en que probablemente hubo un fuera de juego de tres metros», dijo Kroos, quien dijo que entendía las frustraciones del Bayern.

“El enfado está justificado porque hay que afrontar la situación hasta el final, al 100%”. Kroos dijo que no estaba seguro de si los defensores del Madrid habrían detenido el disparo de De Ligt si no hubiera habido una intervención del árbitro. «No sé si hubo un apagado colectivo porque se escuchó el silbato desde muy temprano», dijo Kroos. “Se notaba que la tensión disminuyó entre todos los que querían defender este objetivo”, señaló el centrocampista que, pese a todo, jugará su séptima final de Champions en busca de una sexta orejona.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO