Lionel Messi se levantó enfurecido y observó incrédulo al árbitro. Ni siquiera amonestó a Lukas MacNaughton. El planchazo del canadiense no ameritaba otra cosa que la expulsión.

El defensor de Nashville rechazó la pelota, pero dejó la suela e impactó de lleno en la tibia de Leo. Hasta su tobillo sufrió el golpe y debió recibir la asistencia del cuerpo médico.

«¿Nada? ¿No es nada?», reclamó el 10 mientras se reincorporaba.