Insólito. Los aficionados de la Bundesliga han dicho basta y se están rebelando de las formas más curiosas y rotundas como protesta contra la inversión extranjera. La Liga alemana vive un ‘incendio’ sin precedentes que, jornada sí jornada también, está afectando en gran medida al desarrollo de la competición.

Ayer se vivió un nuevo capítulo en el partido entre el Werder Bremen y el Colonia en el Rhein Energie Stadion, con protestas airadas desde las gradas hasta el punto de que se lanzaron cochecitos de juguete al campo y se tuvo que detener el encuentro.

Los partidos se retrasan, se paran o se suspenden en el peor de los casos. Sin ir más lejos, sucedió en el partido entre el Bayer Leverkusen y el Bayern de Múnich, en que se lanzaron pelotas de tenis y pelotas de chocolate al campo.

La polémica viene de lejos, desde que la Deutsche Futball Liga (DFL), el ente regulatorio del fútbol profesional alemán que incluye sus dos primeras divisiones, busca la incorporación de un inversor de capital privado y extranjero que impulse los derechos televisivos a través de un fondo de inversión. Es algo bastante extendido en las ligas europeas, pero en Alemania no lo ven con buenos ojos y se ha encontrado con la oposición rotunda de sus seguidores.

La tormenta se acentuó  cuando la DFL votó a favor de entablar negociaciones para incorporar un inversor de capital privado que impulsara los derechos televisivos. 24 de 36 clubes de Primera y Segunda dieron luz verde a esta opción en la segunda ronda en una decisión muy ajustada y polémica.

El resultado ha sido protestas constantes y una imagen que está dando la vuelta al mundo, con lanzamiento de objetos que hacen detener cada partido. Los parones de los partidos en el minuto 12 (el dorsal de los aficionados) se han extendido por todo el fútbol alemán.

El encuentro entre el Borussia Dortmund y el Friburgo, de la vigésima primera jornada de la Bundesliga, estuvo parado durante doce minutos por protestas de los aficionados del Signal Iduna Park que lanzaron monedas de chocolate y pelotas de tenis al césped en contra de la llegada de inversión externa a la competición alemana.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO