Hoy vuelve la NBA. Arrancan así ocho meses de intensa competición, donde nunca faltan a la cita los mejores jugadores del mundo, ni tampoco las altas dosis de espectáculo y emoción. La liga estadounidense propone como entrante de la temporada 2023-2024 dos duelos delicatessen en el Oeste. El partido inaugural lo disputarán Los Angeles Lakers y los vigentes campeones Denver Nuggets, un choque que reedita las finales de conferencia de los últimos playoffs. Después, continuarán la fiesta los Golden State Warriors y los Phoenix Suns, dos superequipos con talento de sobras para hacer vibrar a la afición.

Los defensores de la corona han pasado tan desapercibidos en verano como su estrella serbia, un Nikola Jokic que decidió saltarse el Mundial y ha desconectado con sus caballos en Sombor. El referente de la franquicia de Colorado parte en todas las quinielas como principal favorito al MVP, aunque en la pomada estarán los sospechosos habituales, desde Joel Embiid hasta Luka Donic, pasando por Jayson Tatum y Giannis Antetokounmpo entre otros. Los flashes en verano se los ha llevado precisamente el conjunto del astro griego, que ha incorporado a Damian Lillard en el traspaso más destacado del mercado.

Los Milwaukee Bucks parten como grandes favoritos en el Este junto a los otros beneficiados del movimiento del hasta ahora astro de Portland. Jrue Holiday, moneda de cambio en el trueque, ha terminado recalando en los Boston Celtics, que han puesto toda la carne en el asador con la contratación del veterano jugador y campeón de 2021 en Wisconsin. Su otra apuesta es el letón Kristaps Porzingis. Ambos acompañarán a los Jays, Tatum y Brown, en un quinteto diseñado para ganar.

Con el chasco para los Miami Heat, que se creían el único destino posible de Lillard, las opciones de los vigentes finalistas quedan seriamente dañadas. No han llegado refuerzos, y de la misma manera los Philadelphia 76ers parten con dudas debido al plante de James Harden, otro que ha pedido el traspaso a pesar de haber renovado este mismo verano con la franquicia. Si el panorama en el Atlántico resulta meridiano, en la Conferencia Oeste la lucha promete ser tanto o más salvaje que nunca.

LeBron James empieza su 21ª temporada y cumplirá 39 años con la misma ilusión de un novato. Los refuerzos de los Lakers invitan a verles como aspirantes, lo mismo que pueden decir los Suns con su trío formado por Devin Booker, Kevin Durant y Bradley Beal. No muy lejos, los Warriors sienten que con Steph Curry al mismo nivel del curso pasado, y si las lesiones lo permiten, pueden aspirar al quinto anillo del grupo formado junto a Klay Thompson y Draymond Green, que añade a otro ilustre de la dimensión de Chris Paul.

A pesar de la marcha de los Gasol, durante años los principales ganchos para la afición, la NBA presume de fortaleza en España. Este curso, sin embargo, empezará con la menor representación española en dos décadas. Solo estarán Santi Aldama (Grizzlies) y Usman Garuba (Warriors), con serias dudas sobre el retorno a la competición de Ricky Rubio (Cavaliers), todavía de baja por motivos de salud mental.

A pesar de esta cifra de mínimos, el club de fans digital de la liga en territorio español cuenta con más de 130.000 suscriptores y la plataforma NBA League Pass creció un 10% en el país. Tras 25 años de colaboración, la NBA ha renovado recientemente su vínculo televisivo con Movistar después de que los NBA Sundays en prime time ganaron un 30% de audiencia respecto al curso anterior. Faltan jugadores españoles, pero nunca ha habido tanta afición a la liga de baloncesto que es referencia en todo el mundo.

Cinco años con premios MVP a jugadores internacionales, y la llegada del fenómeno francés Victor Wembanyama, consagran la identidad global de la competición, especialista a la hora de renovar alicientes año tras año. El espectáculo está asegurado.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO