Édison Méndez, histórico del fútbol ecuatoriano, relató lo vivido en la Copa del Mundo 2002 (Corea-Japón). Confesó que sufrieron con la adaptación y la comida durante el certamen.

En diálogo con Pepe Mera para UN TOQUE DE FÚTBOL, relató: «En mi primera copa del mundo, estábamos en un hotel de guayaquil, estábamos haciendo un trabajo. Bolillo daba la nómina de los que sí iban. Entonces era como estar en el aula, ver quién aprobaba y quién no».

«Lo primero que hice fue llamar a mi mamá a contarle que soy mundialista. No soy mucho de llorar, pero sí estaba muy emocionado», agregó.

Ya de su experiencia en el continente asiático, sumó: «Si de algo me arrepiento es de no llevar atunes. La primera semana no aguanté más. Pancho Cevallos y Chino Gómez llevaron atunes. Con la Sombra nos metimos a robarle los atunes (risas)».

«No podíamos comer lo que preparaban ahí, sufrimos con la comida. Obvio Pancho Cevallos se enteró, nos perdonó por ser pelados (risas)», agregó.

«El Complejo es bonito, la experiencia cuenta mucho. Pasamos como 20 días haciendo giras en España e Italia. Y luego el Mundial, sí nos costó la adaptación», contó.

Respecto a escuchar el Himno Nacional del Ecador en el debut, manifestó: «Fue lo más lindo. Escuchar ese himno en un Mundial donde todos te escuchan, no tiene precio. Es lo más bonito que te puede pasar».

De su mayor reto en el Mundial, dijo: «Hubo un momento que no sabía cómo presionar a Paolo Maldini, era muy difícil. Ahí empecé a pensar más en el fútbol. Me sorprendió mucho. Me atreví a hacerle una ‘galleta’ (risas). Pero qué genio que era, lo vi mucho en el Milan y en la Champions».