Robert Lewandowski ha vivido una última semana repleta de emociones fuertes. El pasado lunes y martes, al regreso de la gira azulgrana por Estados Unidos, viajó a Múnich para despedirse de directivos, técnicos y jugadores del Bayern, firmando la paz con el club alemán tras varias semanas de tensión por su marcha al Barça. El viernes fue presentado en el Camp Nou ante unos 57.000 aficionados entregados y el domingo marcó su primer gol como azulgrana ante Pumas en un Gamper en el que ganó el Trofeo Estrella Damm al Mejor Jugador. Entre los dos eventos en el Spotify, concedió una entrevista al medio de comunicación alemán Sport1 en el que confesó sus sentimientos.

«Es un sentimiento nuevo para mí. Necesitaba este cambio, este traslado a otro país, a otro club. Me siento como un niño que tiene un juguete nuevo», señaló, admitiendo sobre la presentación que «no esperaba tantos fans. Da igual que tuviera más o menos que otros jugadores presentados antes por el Barça como Ronaldinho Ibrahimovic. Esos eran otros tiempos, de todos modos. Es muy agradable cuando experimentas tanto apoyo directamente. Es algo que se queda para siempre».

En cambio, la reacción de los seguidores del Bayern no fue tan cariñosa cuando el pasado martes abandonó en su coche las instalaciones de la Ciudad Deportiva del club bávaro tras su despedida, con algunos, no muchos, gritos de ‘¡Hala Madrid!‘ de los presentes: «Sí, escuché eso, y me reí. Pero también hubo algunos que gritaron mi nombre. Eso fue realmente agradable. En las últimas semanas también me he encontrado con algunos fans en la calle que han expresado su comprensión por mi situación y me han deseado todo lo mejor».

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO