El Spezia-Inter de esta tarde no se recordará únicamente por los bonitos goles de Brozovic, Lautaro, Maggiore y Alexis. En el estadio Picco, de hecho, tuvo lugar una de las anécdotas más absurdas de este curso en Italia. Tuvo lugar en el minuto 60′, cuando saltó al campo M’Bala Nzola. El delantero sustituyó a Manaj, pero su partido duró apenas 11 minutos, de los cuales solo seis en el césped.

Tras una jugada suya, el árbitro notó algo que le hizo parar el juego: un pendiente. El jugador llevaba uno, y aunque estuviera tapado con cinta adhesiva, el reglamento lo impide. Nzola, entonces, tuvo que abandonar el campo para quitárselo, algo en teoría muy sencillo. El jugador, no obstante, no conseguía liberar su oreja de la joya ni con la ayuda de un utillero, y después de varios minutos jugados con diez, Thiago Motta perdió los papeles. El técnico decidió gastar otro cambio, utilizando a Antiste y dejando fuera a Nzola… Que seguía peleando con su pendiente.

TOMADO DE DIARIO AS