Wijnaldum atraviesa por una situación complicada en el PSG. A pesar de que en el último mes ha tenido más protagonismo que en el primer tramo de la temporada, se ve estancado. No ha encontrado su sitio, o simplemente nadie se lo ha sabido encontrar. El futbolista de ahora tiene poco que ver con el que fue en Liverpool, portentoso a campo abierto. Encorsetado por Pochettino, su manera de entender el juego no casa con el contexto del cuadro parisino.

Wijnaldum se marchó gratis de Anfield el pasado verano y todo apuntaba a que su futuro pasaba por Barcelona. De hecho recibió clases de español durante más de medio año porque todo estaba más o menos apalabrado. Al menos con Koeman. Otra cosa fue el club, dubitativo ante una operación que gustaba principalmente a un entrenador que estaba en la cuerda floja. En ese sentido, la apuesta por Wijnaldum era arriesgada porque carecía de consenso en el Camp Nou.

En cualquier caso el dinero no fue el que separó a Wijnaldum del Barça. Según ha podido saber Mundo Deportivo, el holandés iba a percibir solo un millón de euros menos que lo que le ofreció posteriormente el PSG en tres años de contrato. A estos niveles, una diferencia poco sustancial. El futbolista sigue razonando a día de hoy que no entiende qué pasó, pero se cansó de esperar a un Barça que no mostró suficiente interés en cerrar la operación.

No es que la negociación fuera demasiado larga como se filtró en su momento, es que directamente se detuvo porque creció el escepticismo en las oficinas de Arístides Maillol. Ahora, medio año después, Wijnaldum no está contento en el PSG y sopesa las posibilidades de regresar a Inglaterra. Le quiere el Newcastle, aunque el jugador aspira a jugar en un equipo con más objetivos que el de la permanencia. El Barça fue un sueño pasajero.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO