«Nos hicimos amigos casi de inmediato. Fue en el primer día de concentración en la Toscana. Se acercó a la camilla, se quedó un rato viéndome trabajar y me dijo: ‘Serás mi único masajista’. No se dejó tocar por los demás. Para acostarse en la camilla esperó a que todos sus compañeros salieran del vestuario. Nos quedamos allí, solos y por horas. Así nació una relación personal, además de profesional».

Así ha explicado Salvatore Carmando cómo empezó su estrecha amistad con Diego Armando Maradona. Una amistad que duró hasta el último día del astro argentino. Aunque reconoce que la última vez que tuvieron contacto fue el día del 60º cumpleaños de ‘El Diego’, el 30 de octubre del pasado año.

Lo suyo era tan fuerte que no entendía de horas ni días: «un día me llamó a las 7 AM para que fuera a su casa. Cuando llegué, me dijo que íbamos a ganar contra la Juve con un gol de él. Y así fue. Fue el día del tiro de libre de Diego al ángulo izquierdo de Stefano Tacconi en el San Paolo», ha recordado el italiano.

Antes de cada partido, un ritual: «Maradona se me acercaba, me mostraba el escudo del equipo de su camiseta, me abrazaba y me besaba la cabeza. Lo hizo siempre», asegura quien fuera su fisio de confianza y que le ayudó a ser, sin dudas, en uno de los mejores de todos los tiempos..

«Un futbolista como él, con su tren inferior y esa potencia que tenía, no lo vi en otro. Tenía una musculatura tan buena que nunca tuvo un problema muscular. Ni una rotura, ni una contractura, ni un pinchazo», ha concluido el italiano.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO