Hasta 1995, el Balón de Oro únicamente premiaba a futbolistas europeos. Por ello, a pesar de que Diego Armando Maradona había sido el mejor jugador de la temporada durante varios años, fueron otros los jugadores que resultaron coronados. Por ejemplo, en 1986, cuando salió campeón del Mundo en México.

El ‘Balón de Oro’ aquel año fue para el ucraniano Igor Belanov, ganador de la Recopa de Europa con la camiseta del Dinamo de Kiev. El ‘Pelusa’ se tuvo que conformar con el trofeo al «mejor jugador del Mundial» tras imponerse al portero alemán Harald Schumacher y el delantero danés Preben Elkjaer Larsen.

Tres años después, el galardón desapareció del Banco della Provincia de Nápoles, donde estaba guardado. Un grupo de ladrones se llevó una gran cantidad de objetos valiosos, entre los que había varios relojes de lujo de la colección personal del exjugador y dicho trofeo.

Entonces, el ’10’ se puso en contacto con uno de los líderes de la mafia napolitana, Salvatore Lo Russo, para que le ayudara a recuperar todo lo perdido: «Hice que Maradona recuperara los relojes a través de Peppe ‘o biondo, que los encontró en Picuozzi (los hombres del clan Mariano) en los barrios españoles. Pero el Balón de Oro no fue posible recuperarlo porque ya lo habían derretido», ha explicado el propio Lo Russo.

En 1995, France Football (la revista encargada de dar el famoso Balón de Oro) le entregó uno honorífico de manos de su compatriota Alfredo Di Stéfano. Pero el destino caprichoso se lo volvió a arrebatar. La casa en la que residía su padre, Don Diego, y en la que se encontraba el balón, sufrió un incendio que arrasó con todo.

El disgusto de Maradona fue tal que quiso hacerse con una réplica del original. Cuando ‘France Football’ le pidió una entrevista, el astro argentino aprovechó y puso esta condición. La publicación francesa aceptó, aunque el 25 de noviembre de 2020 ‘El Diego’ falleció y el ‘Balón de Oro’ nunca le fue entregado.

El premio, que pesa más de 7 kgs, tiene un precio de elaboración de unos 3.000 euros. Está bañado completamente en oro, se posa sobre un pedestal de pirita y en él trabajan durante muchos meses hasta seis orfebres de un taller francés.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO