«Pechito con pechito» , reza una recordada canción de música tropical. Justamente eso, por más irrisorio que parezca, se vivió en el duelo entre la selección de Brasil y Colombia en el duelo por Eliminatorias Conmebol rumbo al Mundial de Qatar 2022, cuando Neymar reclamaba una infracción que -supuestamente- le habían cometido y, envuelto en llamas, se le fue al humo al árbitro chileno Roberto Tobar.

Corría el minuto seis de juego de la primera mitad, cuando Raphinha encaró a su marca para intentar desairarla a pura gambeta y habilidad. Sin embargo, Juan Guillermo Cuadrado estuvo firme en la marca, le quitó la pelota sin falta según el juez trasandino, y Ney fue en busca de recuperar nuevamente la número cinco. En ese intento por recuperar, el futbolista del París Saint-Germain comete una falta innecesaria sobre el jugador de la Juventus y el árbitro cobra.

Ahí comienza la furia del astro brasileño. Tras no comprender cómo quien imparte justicia en el encuentro no cobró el foul al extremo del conjunto que dirige Tité y si a su intento de quedarse con la pelota, el número diez de la Verdeamarela perdió su eje y con gran ira fue en busca de Tobar, quien no se achicó.

Ambos, tanto el futbolista como el juez, se pusieron cara a cara, se pechearon por el envión con el que venía el hombre del PSG, y se miraron fijamente a los ojos por unos segundos con unas miradas que contenían gran tensión. Cabe remarcar que si bien la actitud y el accionar del ex-Santos estaba totalmente fuera de lugar ante la autoridad máxima del cotejo, el árbitro decidió omitir el momento, hizo oídos sordos y dejó que ese tenso cruce sea solo un mal recuerdo en el verde césped.