Aunque sea una canción que acostumbra a gritarse de madrugada en muchos karaokes, Sweet Caroline se ha convertido en una especie de segundo himno para Inglaterra, que ha celebrado su exitoso camino hasta la final de la Eurocopa con la letra que compuso Neil Diamond en 1969: “Iba a tocar ‘Vindaloo’, pero me dejé llevar por mi instinto”, explica Tony Parry, el DJ de un estadio de Wembley que corea a capela este tema que ha vuelto a popularizarse entre la afición.

Sweet Caroline tiene una larga tradición asociada al deporte, sobre todo en Estados Unidos. El equipo de béisbol de los Boston Red Sox la interpreta en cada choque que juega como local desde 1997. Se dice que el DJ la puso por primera vez en honor a una niña llamada Caroline, hija recién nacida de uno de los jugadores. La canción tuvo tanto enganche que desde entonces se escucha en el Fenway Park de Boston y también en el estadio de Carolina Panthers, de la NFL.

Un tema que en Inglaterra empezó a ponerse de moda en Stamford Bridge y en el Villa Park cada vez que ganaban el Chelsea y el Aston Villa. Aunque la melodía no solo se interpreta en las canchas de fútbol sino que también se reproduce en partidos de cricket, muy arraigado a la cultura inglesa. También acompaña como banda sonora en el boxeo, especialmente en la antesala de cada combate de Anthony Joshua, otro de los grandes iconos que tiene Inglaterra.

Sweet Carolina, sin embargo, retumba mejor en Wembley que en cualquier otro lugar. Una canción que ha conquistado a su gente, que repite una y otra vez el estribillo. Inglaterra está de fiesta. Tras el triunfo frente a Dinamarca, le queda un último paso antes de subirse al trono. Espera Italia en la final en un encuentro de etiqueta en el que la favorita no puede ser otra que la anfitriona. Con el público a favor, el equipo de Southgate aguarda al domingo para poder volver a cantar la canción de Neil Diamond.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO