Martin Odegaard (22 años) se reivindica cada semana. En cada encuentro que disputa se arma de razón para justificar la decisión que tomó cuando pidió salir en el pasado mercado de verano y cuesta entender los motivos por los que Zidane apenas le dio oportunidades. El noruego está confirmando en un fútbol tan exigente como el inglés todo lo que demostró durante su cesión en la Real Sociedad el curso pasado.

Se ha convertido en el futbolista diferencial para Arteta en la mediapunta a base de buenas actuaciones. La última, ante el West Ham el pasado domingo. Su equipo se puso 3-0 por debajo en el marcador y fue entonces cuando el madridista dio un paso al frente y lideró una reacción que terminó en 3-3. No marcó ni asistió, pero todo el equipo jugó al ritmo que él marcó.

Su excelente rendimiento tiene mérito doble, porque en tiempo récord ha superado todos los obstáculos que se le presentaban. Llegó a Londres sin ritmo por las pocas oportunidades de Zidane, a un fútbol nuevo y con un equipo que había encontrado en su demarcación a Smith Rowe, una de las sensaciones de la temporada. Nada de eso le ha frenado. El ritmo tardó pocas semanas en cogerlo, la Premier le sienta bien y con Smith Rowe, al que Arteta ha desplazado a la banda para que jueguen juntos, se entiende de maravilla.

Un futuro de blanco

El nivel ofrecido por el noruego en Inglaterra reafirma a los dirigentes blancos, que creen que es una pieza fundamental para el futuro del club. El que no lo tiene tan claro es el propio Odegaard. Preguntado este martes por su futuro aseguró: «No he pensado en lo que pasará en verano. El trato con el Arsenal es hasta final de temporada. Veremos qué pasa este verano. Ya he dicho cosas antes que sigo defendiendo: la estabilidad y el desarrollo son palabras clave».

De cualquier forma, el noruego no pudo esconder su buena relación con Arteta: «Me llevo muy bien con él. Es increíble. Tengo mucho que aprender de él. Solo necesito ‘agudizar mis oídos’ y prestar atención. Es fantástico»

TOMADO DE DIARIO AS