Este martes conocimos la noticia del grave accidente de tráfico de Tiger Woods. El exnúmero 1 del golf se encuentra consciente y recuperándose de sus heridas en un hospital de Los Ángeles tras ser operado de lesiones en la pierna y el tobillo derechos.

De esta forma, Tiger vuelve a ser noticia por temas extradeportivos, algo que desgraciadamente ya ha sucedido unas cuantas veces en los últimos años.

Todo comenzó con su divorcio con Elin Nordegren en 2010. Tras siete años de matrimonio y dos hijos en común, Sam y Charlie, la relación se rompió de muy malas maneras por las infidelidades del golfista, que sufrió un aparatoso accidente de tráfico en su casa de Florida, donde se estrelló cuando conducía en estado de embriaguez.

Este percance fue el inicio del descenso a los infiernos de Woods, que vio como su carrera deportiva quedaba truncada, con la consiguiente pérdida de contratos y patrocinios.

Tras un tiempo alejado de los campos y tratarse de sus problemas con el alcohol, Tiger inició una relación sentimental con la esquiadora Lindsay Vonn, quien decidió cortar con él tras tres años cuando el golfista recayó de otra de sus adicciones: al sexo.

Poco después, en el año 2017, Woods fue detenido por la policía en Florida tras quedarse dormido cuando conducía, según él, por culpa de haber mezclado medicamentos que le habían recetado de forma legal.

Ahora, cuatro años después, y cuando había recuperado la estabilidad al lado de Erica Herman, su pareja con la que reside en su mansión de Jupiter, en Florida, Tiger Woods vuelve a verse envuelto en un accidente de tráfico que amenaza con volver a truncar su ya legendaria carrera como de los más grandes de la historia del golf.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO