Nicklas Bendtner (Copenhagen, 16 de enero de 1988) nunca ha sido un futbolista más. Ni dentro, ni fuera del campo. Wenger le reclutó para el Arsenal cuando tenía 16 años y con apenas 20 ya era un habitual de la primera plantilla. Sin embargo, el anecdotario del delantero, todavía en activo (juega en el Tarnby de la cuarta división danesa), fuera de los terrenos de juego se aventura a ser más contundente que el que recoge sus hazañas sobre el verde, a pesar de haber sido internacional en 80 ocasiones y haber participado en una Eurocopa (2012) y un Mundial (2010). Nicklas ha publicado una autobiografía, «Both sides» («Ambos lados»), en la que relata gran parte de sus controvertidas aventuras.

En ella, como bien cuenta nuestro protagonista en ‘The Sun’, hace público un «fenómeno muy común en el fútbol profesional» y que ha salpicado a jugadores como Wayne Rooney, en el pasado, o Kyle Walker, más recientemente, los futbolistas envueltos en escándalos de prostitución: «Ellos simplemente han sido cazados con las manos en la masa y los pantalones bajados. Créeme, todo el mundo en mi industria ha escuchado de alguien que ha estado en ello, especialmente en Inglaterra, donde es una tradición muy antigua…», afirma.

«Es menos arriesgado que citarte con chicas mientras estás en la ciudad. Ya casi no te atreves a realizar el acto con una ‘civil’. No cuando eres un futbolista profesional». Esta afirmación viene con conocimiento de causa, ya que el propio Bendtner se ha visto envuelto en alguna situación complicada: «Hablamos de caza fortunas de la vida nocturna que están ahí para fo… y, entonces, tomarte una foto mientras duermes la mona. Con esas fotos como su carta de presentación, pueden exigir cosas para que mantengan su boca cerrada. Y lo hacen».

Una operación inesperada y una piscina de hotel

«Una de las chicas con las que estuve volvió y afirmaba estar embarazada. Decía que había un precio si no quería que hiciese algo al respecto. ‘¿Eso qué significa?’, pregunté. ‘Significa que tienes que pagarme un nuevo par de pechos (…). Así que terminé pagando por su visita al cirujano plástico», reconoce.

Aunque sus andanzas nocturnas no quedaron ahí, el internacional danés recuerda un episodio con un compañero de equipo en el que una piscina de hotel fue la protagonista. «No volvíamos a casa hasta el día siguiente y, una vez el pasillo del hotel se quedó en silencio, dos de nosotros bajamos al bar y empezamos a hablar con unas chicas locales. De repende, decidimos plantarnos en la piscina cubierta, la cual tenía un tobogán. Antes de darnos cuenta, empezamos nuestra propia competición. Una pareja juzgaba a la otra mientras tenía sexo de todas las maneras posibles. En la siguiente sesión de entrenamientos, mi compañero amaneció con las rodillas rojas y brillantes. Se había desgarrado la piel con su chica…», finaliza. ‘Both sides’ promete ser, como bien ha demostrado el autor en ‘The Sun’, una autobiografía controvertida en la que la indiferencia no tiene cabida.

TOMADO DE DIARIO AS