Una locura lo sucedido en la Serie C del Campeonato Brasileño. El empate 1-1 entre Manaus y Treze-PB, en la Arena da Amazonia, por la sexta jornada, terminó en una pelea después que el local empatara el marcador a los 52 minutos de la segunda parte, luego que el árbitro Ilbert Estevam da Silva diera 10 minutos de tiempo agregado.

Los futbolistas del equipo visitante, tras el gol, fueron a recriminarle al árbitro asistente, quejándose de una posible falta en la jugada que no fue cobrada. Después de cinco minutos de discusión, entró al campo la Policía para intervenir. Y ahí fue cuando empezó la situación escandalosa.

Los oficiales entraron en fila, tratando de separar a los jugadores más exaltados, pero el arquero Andrey, de Treze, comenzó a empujarlos, golpearlos y patearlos. Inicialmente los policías devolvieron la agresión con una porra, pero al instante arrojaron gas pimienta a los jugadores.

La trifulca duró más de 10 minutos, y el árbitro se vio obligado a terminar el juego, sin que la pelota volviera a rodar.

Al final del partido, aún en el vestuario del Arena da Amazonia, el defensor del Treze-PB Breno Calixto publicó en sus redes sociales imágenes que mostraban marcas rojas en sus compañeros que, según él, fueron provocadas por la acción policial. “Agresión policial desprevenida en Manaus. Vergüenza, vergüenza y como siempre no pasará nada”, posteó en Twitter.