En su segundo partido oficial con la camiseta de Inter de Milán en la temporada, Romelu Lukaku convirtió un gol de penal y selló la victoria en la visita a Cagliari, pero el delantero belga no se fue contento por los cantos discriminatorios de los simpatizantes locales.

Cuando se preparaba para ejecutar el remate le gritaron «mono» desde la tribuna de Cagliari, por eso no festejó el gol del triunfo y solo miró a la gente detrás del arco. Lukaku ahora pide que los futbolistas se unan para combatir el racismo.

«Muchos jugadores lo sufrimos en el último mes. Yo tuve que vivirlo el domingo también. El fútbol es un deporte que debe ser disfrutado por todos. No podemos aceptar ninguna forma de discriminación que cause vergüenza en nuestro deporte», escribió en sus redes sociales y mandó un contundente mensaje.

Sulley Muntari, Blaise Matuidi y Moise Kean antes habían sido víctimas de los insultos racistas de parte de la parcialidad de Cagliari. Este lunes, el club emitió un comunicado y anticipó un castigo a los responsables.

«Espero que las federaciones de todo el mundo reaccionen de manera fuerte contra la discriminación. Las redes sociales deben trabajar mejor porque cada día vemos al menos un comentario racista debajo de un posteo de una persona de color. Estamos en el 2019», insistió Lukaku en su pedido y se lamentó por el hecho en Cagliari.