El Chemnitzer FC, de la tercera división alemana, fue noticia por una decisión muy especial: aplicó una cláusula anti-racismo con su capitán Daniel Frahn y lo echó de la institución. ¿La razón? El delantero se había quedado afuera del partido contra el Hallescher, pero fue al estadio y se sentó junto a seguidores «que son líderes del grupo de derecha Kaotic Chemnitz y NS-Boys».

Romy Polster, vicepresidente de la Junta de Accionistas del ahora ex club de Frahn, repudió la situación públicamente. «Los accionistas de Chemnitz FC condenan enérgicamente los hechos. Nos horrorizamos al darnos cuenta de que nuestro, ahora ex capitán del equipo, Daniel Frahn, resultó ser un gran simpatizante del grupo de extrema derecha e inhumano Kaotic Chemnitz y, por lo tanto, causó un gran daño al club. Hay tolerancia cero para este comportamiento», señaló en una nota con el diario Bild.

Esta no es la primera vez que el futbolista protagoniza ese tipo de situaciones. En marzo, por ejemplo, celebró sus goles en el empate 4-4 con el Altglienicke con una camiseta que decía «apoyen a sus hinchas locales». ¿A quiénes se refería? A los fanáticos más radicalizados de la institución, que estaban metidos en medio de un escándalo nazi.

El formado en el Energie Cottbus se disculpó más tarde por ese gesto. «En primer lugar, ¡me gustaría dejar en claro que no simpatizo con un neonazi! Además, no comparto esta actitud política y no llevo esos pensamientos incorrectos en mí. La camiseta que mostré no era una declaración política. Tampoco sabía que esa remera podía estar tan profundamente arraigada en la escena neonazi», tiró en sus redes sociales. En ese entonces, lo suspendieron con cuatro partidos y lo multaron con tres mil euros.