Emelec igualó anoche 0x0 contra Huracán en el estadio Capwell por la segunda fecha del grupo B de la Copa Libertadores y repitió el rendimiento paupérrimo que está teniendo en el Campeonato Nacional, dónde en cinco fechas jugadas es noveno de dieciséis equipos. Ser noveno es una posición impensada para los azules que en la última década han sido los mejores y no han bajado del segundo lugar.
En el torneo internacional arrancó empatando sin goles ante un débil Deportivo Lara y ahora contra un Huracán en crisis y que no ganaba hace ocho partidos, tampoco pudo vencer y se complicó en su objetivo de clasificar a la siguiente fase pues medía al rival directo como local.
Esos son los resultados y la actualidad desde los números. Lo más penoso es el nivel que se ve del equipo eléctrico en cancha, muy pobre y con una involución partido tras partido. Anoche el grito al unísono de los hinchas de Emelec en el Capwell fue el de “Fuera (Mariano) Soso Fuera”, evidenciando su molestia porque en ninguno de los siete encuentros oficiales del año entre Campeonato y Copa Emelec ha sido superior a su rival ni lo ha dominado.
En Copa empató dos y en Campeonato ganó dos y empató uno, pero en todos dio la sensación de mal juego y de poder perder antes que de merecer ganar. Y lo que es peor, Emelec no midió a rivales poderosos aún en ninguna de las dos competiciones, no jugó ni ante Liga de Quito, Barcelona, Independiente o U. Católica en Campeonato ni contra River o Flamengo por Copa como el año pasado, pero los sufrió como contra los grandes jugando ante adversarios de menores o iguales condiciones.
Las crónicas de los partidos del elenco eléctrico se repiten pues Emelec no mejora y sigue mostrando un pésimo nivel, tras cada partido podemos decir las mismas características del plantel: un equipo confundido y que no tiene claro qué hacer cuando se para en el terreno de juego. Emelec no tiene el control del partido, no tiene mayor posesión del balón que su rival en cada compromiso, tampoco recupera el esférico al mismo instante que lo perdió y no tiene llegadas sobre arco contrario.
De esto último la muestra palpable fue ayer: Emelec no pateó una sola vez al arco de Anthony Silva, arquero de Huracán. Los millonarios son incapaces de generar una sola acción bien lograda y asociada para provocarle peligro al adversario: sin una pared, una triangulación, una jugada distinta o preparada, una sucesión de toques o una acción con sorpresa no se llega a ningún lado.
El trabajo del técnico Mariano Soso durante las sesiones de entrenamiento no está dando resultados y en los últimos partidos se notó en campo en los futbolistas que, sumado a su bajo nivel, presentan en su mayoría falta de compromiso o actitud para sacar al equipo adelante. Anoche arrancaron con muy buena predisposición y queriendo atacar al rival y encontrar el gol desde el primer minuto, pero el ímpetu fue efímero y se perdió a los 10 minutos.
Emelec no solo que no controla los duelos ni domina a los contrarios, sino que por muy poco que tengan los rivales de plantilla a plantilla individualmente, le generan acciones de peligro con inusitada facilidad y han merecido ganarle tanto de local como de visita.
El año pasado en junio cuando Mariano Soso asumió comenzó a experimentar con varios esquemas tácticos y cambios de jugadores y era normal pues recién llegaba al país y debía conocer a sus dirigidos e identificar dónde le podían rendir más. Después encontró un equipo y esquema base de 4-2-3-1 y se hizo fuerte de local con un planteamiento conservador y de contragolpe para ganar; de visita las presentaciones eran un desastre, pero la idea de juego que tenía, sea cual sea en este caso más calculadora, si se notaba en el Capwell. Llegó a la final del Campeonato que perdió muy bien ante Liga de Quito pues fue superado ampliamente y porque no tenía revulsivos o buenos cambios desde la banca de suplentes.
Precisamente por eso la dirigencia fichó para este 2019 a ocho refuerzos, de buena técnica y condiciones sobre todo los ofensivos pero que no responden. Soso ha alineado con los del 2018, ha incorporado a su once a las contrataciones 2019, ha vuelto a tomar en cuenta a los del 2018 y ha cambiado para apostar por los del 2019, producto de la indecisión que tiene y a que las variantes no surten efecto. De cuatro atacantes como Billy Arce, Bryan Cabezas, Gabriel Cortez y Fernando Guerrero no funciona ninguno, los tres primeros vinieron del exterior sin ritmo de competencia y mantienen su pobre rendimiento mientras que el último fue el mejor volante zurdo de la temporada anterior y parece haberse olvidado de jugar.
Después están decisiones erradas del técnico, son muchas, pero entre ellas podemos destacar: a) jugar con esquema 4-1-4-1 que fue fatídico en un amistoso de pretemporada, lo utilizó ante Fuerza Amarilla, derrumbó el equipo y desembocó en derrota ante Fuerza Amarilla, b) utilizar línea de 3 zagueros buscando mejorar el juego, esquema que provocó que en 2018 Emelec abuse del pelotazo sin sentido como vía para atacar y con el que ahora el bombillo repitió el mismo patrón, c) jugar con José Hurtado de lateral izquierdo cuando el defensa solo había actuado en esa posición un partido en toda su carrera en vez de alinear a un marcador de oficio como Gorman Estacio, d) colocar a Fernando Guerrero de volante interior mixto anoche o de enganche o hasta de carrilero izquierdo cuando su puesto en el que destaca y desequilibra es de extremo zurdo, y e) errar en el once inicial y sobre todo en los cambios, esto último pasó ayer cuando en noche de Copa y en partido difícil de ganar, apostó por los experimentados como Pedro Quiñónez y Marcos Mondaini, quienes por edad y trajín ya no están en condiciones físicas para marcar diferencias en esta alta competencia, en lugar de jugadores jóvenes y de dinámica y visión de juego como Gabriel Cortez o Nicolás Queiroz por ejemplo; claro que sin asegurar que con ellos el partido se ganaba pero podían haber dado más.
Soso ha cambiado la defensa (Jaime por Mejía, Pinillo por Vega, Hurtado por Johnson), mediocampo (Quiñónez y Queiroz por Dixon y Godoy, Romario Caicedo por Billy Arce, Cabezas por Guerrero, Matamoros por Cortez) y ofensiva (Daniel por Bryan Angulo), ha cambiado todo y nada le da resultados, ni titulares ni suplentes.
No hay nivel y si mucha impotencia traducida en rabia de los jugadores porque las cosas que quieren realizar no les salen, casos como los de Juan Carlos Paredes, Dixon Arroyo y Ronaldo Johnson. Estos últimos hablando del partido de anoche no podían parar el balón y lo perdían de forma infantil, provocando el error de compañeros como Jaime y Vega y permitiendo llegadas claras de Huracán que tuvo en sus manos la victoria.
Para finalizar este artículo y redondear las ideas, Soso en las últimas ruedas de prensa que brindó admitió las afirmaciones que apunto en sus propias palabras y las cito a continuación:
23 de febrero: Deportivo Cuenca 1 Emelec 0: Soso: “En estas tres presentaciones no hemos podido mostrar rasgos que se acerquen a la identidad que pretendemos. En las sesiones de entrenamiento uno tiene que seleccionar los mejores jugadores y en ese ejercicio, no me encuentro fino ni preciso”
11 de marzo: Delfín 0 Emelec 0: Soso: Acompañamos la crítica, no estamos teniendo el funcionamiento que pretendemos. El funcionamiento no es el que imaginamos para este equipo. El proyecto de ataque pudo materializarse muy poco, en defensa el equipo hizo click”
14 de marzo: Emelec 0 Huracán 0: Soso: “La idea es que el entrenador pueda potenciar al jugador y reconozco la responsabilidad de no hacerlo hasta el momento. Nosotros aspiramos a lograr superioridad numérica, abastecer de forma eficaz a Caicedo y Rojas y la profundidad de Angulo. Lo entrenamos y no se materializó hoy”
Soso admitió que no puede potenciar a sus jugadores… Soso admitió que no puede lograr el estilo de juego que pretende… Que lo que entrena durante la semana y los jugadores aceptan como idea no se plasma en cancha… Y también que no escoge bien a los mejores futbolistas para cada juego…
¿Podrá mejorar la situación? Esto es de ambas partes, de técnico y de jugadores, del primero al no poderles llegar a los futbolistas y de los segundos de no poder dar en aptitud y actitud lo mejor de sí mismos. Esto lo sacan adelante ambos, con sinergia y apoyo mutuo entre las partes y si esto no se puede dar la dirigencia del “Ballet Azul” deberá tomar decisiones drásticas, para mejorar en Campeonato y no repetir otra vergonzosa participación en Copa Libertadores como la del 2018 dónde fueron últimos del grupo.