El presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), Alejandro Domínguez, se ha manifestado en varias oportunidades en favor de que la Copa Libertadores adopte el sistema europeo y la final se dispute en un partido único y en estadio neutral.

En este marco, algunas ciudades aguardan la oficialización del nuevo formato para la próxima edición del torneo y se candidatean para ser sede de lo que sería una final histórica.

Hasta el momento son cuatro las ciudades que le anticiparon a la Conmebol sus intenciones de albergar el partido decisivo: Río de Janeiro y San Pablo, por el lado de Brasil, Lima, de Perú, y Miami, de Estados Unidos.

La ciudad norteamericana no es una sorpresa, ya que a pesar de que los equipos de la Major League Soccer no participan de la Libertadores, la federación de Estados Unidos ha generado un fuerte vínculo con la Conmebol, desde la celebración de la Copa América Centenario.

«La decisión aún no está tomada, pero soy el máximo impulsor que se llegue a esto. Sería una gran fiesta en la semana de ese partido», había declarado en junio de este año Domínguez en diálogo con el sitio argentino La Nación, con respecto a la final en un estadio neutral.