El Atlético se sobrepuso a las bajas y los accidentes ante el Eibar para sumar una victoria crucial que sigue manteniendo intactas sus opciones a la Liga. Sufrió de lo lindo ante un rival modesto pero potente que se adelantó en el 46’después de un error mayúsculo de Saúl.
Koke, excanterano del Atlético, le robó la cartera tras tropezar y aprovechó el regalo. El Calderón enmudeció.
El Atlético, lejos de descomponerse, tiró de orgullo y de banquillo (genial Óliver) para intentar enmendar las cosas. Y lo consiguió con su especialidad: el balón parado. Primero Giménez, en el 56’, y poco después Saúl, en el 62’, remontaron al partido con dos cabezazos prodigiosos.
El Atlético pudo sentenciar pronto ante un Eibar descolocado. Pero no pudo tuvo que sufrir hasta el final. El colegiado acertó al anular un gol a Vietto y Torres tuvo un par de oportunidades para machacar.
Sin embargo, en el descuento el Niño se reencontró con el gol, marcando el número 100 con el club roijblanco y sentenciando con una acción de delantero centro: a bocajarro y lanzándose al suelo.
