En el fútbol escoces (sub 14) se efectuaba una tanda de penales, en la que un portero se estaba convirtiendo en héroe al atajar un penal, pero terminó siendo el villano. Cuando su rival iba a ‘ejecutar’ el disparo, el golero lo atrapó, pero se le aflojó de las manos y, pensando que ya acabó la acción, el infante se fue y la bola se fue adentro. ¡El árbitro pitó gol!

Nota de: Víctor Loor Bonilla