Si alguien está investigando, tienen todo el derecho a hacerlo, y si lo hacen correctamente y bien, como debe ser, no me preocupa absolutamente nada. No estoy nada preocupado por mi persona», fue la frase que utilizó el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, cuando le preguntaron por la investigación en curso que tiene a varios detenidos.

Siete altos dirigentes futbolísticos fueron detenidos el miércoles, antes del Congreso de la FIFA, por acusaciones de corrupción. Entre ellos estaban los vicepresidentes de la FIFA Jeffrey Webb y Eugenio Figueredo.

«Son casos aislados. Los delitos los han cometido esas personas y no un grupo organizado. Cada persona es responsable de su comportamiento moral y ético. Los cargos del comité ejecutivo los eligen las Confederaciones», insistió. «No veo en qué manera debería estar afectada la FIFA, sino es de un modo indirecto», agregó.

Pese a no tenerle miedo a la investigación, Blatter señaló que todo lo que ocurrió estos días loa afectó mucho. «Me han afectado los ataques», sostuvo esta mañana, un día después de su cuarta reelección, para un quinto mandato al frente de FIFA.

En la rueda de prensa organizada tras el comité ejecutivo, estimó que sigue siendo «el hombre de la situación» y pidió «unidad y solidaridad» para «ir hacia adelante». «La tormenta sigue ahí, puede que menos fuerte y ya no es un huracán» pero «los efectos todavía están ahí», reconoció el suizo.

Blatter se mostró además sorprendido con que «tres periodistas estadounidenses estaban ya ahí» (en el hotel) cuando llegó la policía el miércoles «a las cinco o seis de la mañana» para proceder a las detenciones de directivos de fútbol.

Poco antes, en una entrevista a la cadena de televisión suiza RTS, el presidente de la FIFA se mostró «conmocionado» por las acusaciones de la justicia estadounidense e insinuó que la operación tendría que ver con el hecho de que Estados Unidos no consiguiera la organización del Mundial a realizarse en 2022, finalmente atribuido a Qatar.