Solo el fútbol puede llegar a estos extremos, que una pareja negocie un acuerdo solo para no afectar la pasión por este deporte.

La siguiente historia proviene desde Italia cuando en esta semana en la TV dieron a conocer que en 1997 decidieron casarse Gianfranco Borsatti y Orietta Zago quienes viven en la ciudad de Padua. Cuando estaban haciendo los trámites prematrimoniales decidieron hacer un ‘contrato’.

En esa carta se mencionaba que la esposa aceptaba la ida del marido al estadio todos los domingos que el Calcio Padova (club de la localidad) juegue en casa además de ir de vez en cuando de visitante si el partido es tan importante.

Mientras que a cambio, Gianfranco debía cumplir el acompañar a su esposa a conciertos o teatros.