La final de la Champions League de 2016 se disputará en el nuevo y remozado San Siro, un estadio que ya albergó la finalísima entre el Bayern y el Valencia que ganaron los alemanes en los penalties en la temporada 2001 y que, desde entonces, no había tenido ninguna otra final. Milán tomará el relevo de Berlín, cuyo estadio Olímpico tendrá la final de este año de la nueva Copa de Europa.

Por su parte la final de la Europa League será para el Saint Jakobs de Basilea y la final de la Supercopa de Europa se irá a Noruega, cocretamente al estadio Nacional de Oslo.