Mario Balotelli, genio y figura. La última excentricidad del delantero italiano: encargar una estatua de sí mismo a tamaño real con una pose similar a la que dio la vuelta al mundo tras marcar su segundo gol a Alemania en la Eurocopa; cara de tipo duro, brazos en jarras y marcando musculatura sin camiseta. La colocará en su nuevo ático en Brescia.

Livio Scarpella será el artista que realice de la obra y explica el encargo a Il Giornale di Brescia: «Ya he recibido un anticipo, pero no me he reunido con Mario en persona así que estoy trabajando con fotos. Le presenté varios bocetos en diferentes posturas, pero él quiere ser inmortalizado en una pose que le muestre celebrando un gol, marcando sus músculos y con expresión desafiante. Yo le imaginó como un atleta de los tiempos antiguos y la estatua será una mezcla de clasicismo y estilo pop, en platino y bronce coloreado con los ojos hechos de piedras». Suena espeluznante.

Con esta descripción, queda clara la imagen que tiene Balotelli en su cabeza, la de su gran día en las semifinales de la pasada Euro, en la que marcó ambos goles del triunfo italiano por 2-1. Gustará más o menos, pero lo que hay que reconocerle es que nunca deja de sorprendernos.