Se disputaba el partido entre Godoy Cruz y Unión, correspondiente al Torneo Final del fútbol argentino, cuando a Emanuel Insúa no se le ocurrió una forma mejor de parar la contra del equipo visitante que soltar una patada a la altura de la cabeza a Brahian Alemán. Efectivamente, el jugador de Unión no avanzó hacia la portería de Godoy pero el equipo local se quedó con un jugador menos por la expulsión de Insúa.

La acción recuerda a la patada de De Jong propiciada a Xabi Alonso durante la final del Mundial de 2010. En esa ocasión el árbitro Howard Webb consideró que la infracción no era suficiente para expulsar al holandés.