Hubo algunos indicios claros: el River de Ramón Díaz fue mucho más que el Boca de Bianchi. Pareció un equipo con varios partidos encima contra otro que recién arranca la pretemporada. Hubo diferencias en todo sentido: juego, actitud y motivación. El Millonario le ganó 2 a 0 al Xeneize, con dos goles del uruguayo Mora, en Mar del Plata.

Las intenciones del equipo de Ramón Díaz están claras: un equipo rápido que no siempre tiene que tener la necesidad de tener la pelota pero sí crear peligro cuando ataca. Tampoco precisa de dominio territorial. A su juego le sirve regalar espacio para después sí hacer daño con más terreno. Boca, en cambio, es un equipo que por ahora no tiene identidad. Algunas apuestas de Bianchi, como Paredes, no funcionaron.

Salvo los primeros minutos de juego, River fue siempre más. Salvo alguna jugada de Acosta, Boca no inquietó en ningún momento. Tuvo a todas sus líneas de juego rotas. El Millonario, en cambio, sí tuvo agresividad. Ponzio y Ledesma, dos leones en el mediocampo. Sánchez y Vangioni, rápidos por las bandas. Mauro Díaz, preciso con la pelota. El uruguayo Mora, de cabeza y con una buena definición, marcó los dos goles.

Le dio una verdadera lección el River de Ramón Díaz al Boca de Bianchi. Otra vez, el grito histórico de Mar del Plata se volvió a escuchar: «¡Oy oy oy oy , es el equipo de Ramón!». Lo tiene merecido. Su planteo tuvo una marca. Y funcionó muy bien.