James volvió a jugar después de casi dos meses en el fútbol de Catar, recordando que su último juego oficial allí fue el 31 de octubre cuando fue expulsado por la agresión a un árbitro, mientras que con la Selección Colombia compitió por última vez el 17 de noviembre en Barranquilla empatando ante Paraguay.

Rodríguez inició suplente, pero entró a los 12 minutos por la lesión de un compañero. En general no pudo hacer mucho en el terreno de juego ni desplegar sus conocidos dotes futbolísticos; en parte por incapacidad propia y falta de ritmo, pero también por los evidentes problemas futbolísticos de Al Rayyan que a lo largo del juego no se hallaba en la cancha.

En el primer tiempo, James debió colaborar en marca y asistió a Brahimi en una jugada donde pidieron penal (inexistente) y el juez no concedió. Mientras que en la segunda mitad tuvo un poco más de protagonismo, pero sin la precisión necesaria en él y sus compañeros.

En el minuto 58 erró un gol increíble luego que Brahimi ganara la línea de fondo por el costado izquierdo y lo asistiera. Ahí el colombiano sacó un remate ‘mordido’ que se desvió en un defensa y resultó en el tiro de esquina.

James también tuvo la oportunidad de cobras algunos córner y tiros libres de costado, pero las faltas directas estuvieron en los pies de Brahimi. Sobre el final se le vio la enjundia y el ímpetu a James (como a todo el equipo), pero el partido se desvaneció con un Al Rayyan que ve de cerca el descenso.

En líneas generales, el partido de James fue correcto, pero sin mucho por destacar: típico partido de regreso tras una larga pausa sin competir. Algo similar a sus primeros minutos con la Selección Colombia ante Paraguay, aunque en ese juego después pudo asociarse con compañeros de mejor calidad que en Al Rayyan para someter sistemáticamente al rival.

TOMADO DE MARCA