El pasado verano, el Real Madrid cedió a Bale al Tottenham para quitarse un problema de encima y lo logró. Sin embargo, el caso de galés con el conjunto blanco tiene pinta de ser como un boomerang y, este próximo verano, volverá a dar quebraderos de cabezas a los blancos.
Y lo hará porque todo apunta a que el conjunto inglés no pedirá su préstamo durante un año más. En el esquema de Mourinho, Bale es residual y apenas ha jugado seis partidos de Premier (nueve del resto de competiciones entre UEL, F.A Cup y Copa de la Liga) por lo que no seguirán pagando el sueldo del jugador más allá de lo pactado.
De esta manera, Bale regresará a Madrid porque tiene contrato con los blancos hasta 2022 y, a no ser que aparezca una oferta convincente para ambas partes, se quedará y exigirá el pago íntegro de su contrato tal y como está legitimado.
Un extracomunitario más
Pero eso no es todo. Resulta que el galés, con la salida del Reino Unido de la Unión Europea, se convierte en extracomunitario y ocupará una ficha como tal en el Real Madrid al no tener la doble nacionalidad, lo que provocará que otros como Militao, Vinicius, Rodrygo o Kubo no puedan formar parte del primer equipo si es que así se estipula por parte de la dirección deportiva.
Así pues, aún quedan unos meses para el final de temporada pero el Real Madrid ya mira con recelo a la fecha que lo marca todo en el mundo del fútbol en cuanto a tema de contratos: 30 de junio.
TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO