El comaptriota Arturo Mina está al límite de las tarjetas amarillas y eso preocupa al cuerpo técnico de River Plate, puesto que en tres fechas será el Superclásico contra Boca y el estratega del club no quiere tener bajas para ese compromiso. ¿Debe "limpiarse" Mina para poder jugar contra el máximo rival de los millonarios?
Dejamos la nota de OLÉ a su disposición:
Campo minado
Mina está al límite de amarillas y en tres fechas llega Boca. ¿Se limpiará ante Huracán o asumirá el riesgo?
En el horizonte ya asoma el superclásico. Y en un momento de incertidumbre, Gallardo precisa de todos sus soldados pero en especial de los pilares del equipo. En este contexto es donde la situación de Arturo Mina, quien está al límite de amarillas, encierra una encrucijada: ¿el ecuatoriano debería limpiarse el domingo con Huracán o asumir el riesgo de enfrentar el partido previo a Boca, ante Independiente en Avellaneda, en estas condiciones? Si bien no es momento para seguir sumando complicaciones y menos aún en una zona tan sensible, en la previa de su primer superclásico el dilema está latente para el ecuatoriano. Aunque no sólo para él: al DT lo inquieta cada movimiento en la defensa, donde las lesiones le generaron más de un dolor de cabeza en lo que va del semestre. Y dentro de ella le producen cosquilleos las cuestiones específicas de la cueva, una zona en donde tras la operación de Lollo sólo tiene como variantes a pibes como Montiel o Martínez Quarta.
Asumiendo el realismo que pretende el Muñeco, Mina camina por la cornisa. Y no sólo en lo disciplinario: sus últimos rendimientos estuvieron a tono con el nivel del equipo porque sin Maidana a su lado, no tuvo la misma solidez. Es cierto que como primer central tuvo a tres compañeros de zaga diferentes (Montiel vs. Arsenal, Ponzio con Estudiantes y Martínez Quarta frente a Newell’s) y que esa situación conspiró en su contra, pero su bajón es innegable. En Rosario estuvo la evidencia: el rey Arturo falló en la marca de abajo pero también de arriba, pasó muchas zozobras y dio muchas ventajas a sus espaldas. Lo bueno (o malo) es que no fue amonestado. Por eso ahora lo único que espera Gallardo es que no le estalle un problema más en la cara, y menos en el tramo previo a un superclásico. Cuidado: el campo está minado...
Nota de: Víctor Loor Bonilla