Justino Compeán le adelantó a ESPNDeportes el 25 de junio de 2015: "la Copa América se jugaría cada cuatro años en Estados Unidos”.
Este domingo pasado, dos dirigentes de Concacaf prácticamente lo confirman. La Copa será de América, de toda América, cada cuatro años, y con EEUU como sede.
Uno de los voceros de Concacaf fue concreto: “Sólo faltan unos detallitos, así de poquito”, precisa, mientras hace la seña con el pulgar y el índice de la cercanía del acuerdo.
Otro de los voceros da más pistas: “Conmebol pidió dar su respuesta hasta después del torneo. Pero hoy, están convencidos de que en su próximo Congreso, se aprobará”.
Y hay más: “La seguridad, los estadios, las comunicaciones, los accesos, se han convencido que llenan sus requisitos, además de la flexibilidad absoluta en trámites migratorios. Todos están felices, incluyendo, claro los jugadores, que viajan sus problemas con toda su familia”.
Prueba de ello, es que en el mismo elevador de medios en el Estadio de la Universidad de Phoenix, este reportero se cruzó con un numeroso contingente de amigos y familia del ejecutor del Barcelona, Luis Suárez.
Además, las instalaciones en los estadios, y los hoteles, llenan y hasta superan en ocasiones, los estándares habituales de los jugadores que juegan en Europa.
Y claro, los aspectos económicos son determinantes. Los premios por participación en la Copa América de Chile, y antes en la de Argentina, no sólo eran desventajosos, sino además eran entregados a algunas federaciones sudamericanas con más de un año de demora… y no siempre completos.
“Esos detallitos” se refieren a las travesías por diferentes sedes, que a juicio de entrenadores roba entrenamientos, pues los tiempos muertos de los desplazamientos podrían ser mejor aprovechados.
Además, algunos boletos que se distribuían de manera generosa entre los patrocinadores de Conmebol, especialmente para Semifinales y Final, han sido restringidos, y el organismo requiere más de esas entradas.
Pero, hay algo más complicado, según coinciden miembros de Concacaf. Tendrían las afiliadas a Conmebol que luchar contra el hecho de que los aficionados sudamericanos se sentirían despojados, habría un rechazo por la sensación de que han ultrajado su propiedad.