Mykhailo Mudryk cumple un año alejado de las canchas tras el positivo por dopaje que frenó su carrera en el Chelsea, pero un elemento inesperado se ha convertido en el eje de su defensa: el extremo ucraniano se sometió voluntariamente a un detector de mentiras para demostrar su inocencia… y lo pasó con éxito.
El test, solicitado por sus propios abogados, será parte fundamental de su intento por probar que nunca consumió de forma intencional la sustancia prohibida —presuntamente meldonio— que apareció en su control.
Sergie Palin, director ejecutivo del Shakhtar Donetsk, reveló que habló directamente con Mudryk y que el jugador “no entiende cómo pudo pasar” el positivo. Según explicó a Givemesport, el poligráfico superado por el futbolista será presentado como evidencia clave en el proceso: “La aprobó. Formará parte de la prueba que demuestre que no hizo nada malo intencionalmente”. Para el entorno del atacante, el detector de mentiras es un respaldo determinante mientras continúan investigando cómo pudo llegar la sustancia a su organismo.
A la espera de los resultados de la muestra B, el caso sigue abierto y la incertidumbre crece, pues Mudryk se expone a una sanción de hasta cuatro años si es declarado culpable. Mientras tanto, el jugador trabaja con un entrenador externo para mantenerse en forma y estar preparado para volver al fútbol profesional en cuanto reciba autorización. A día de hoy, su mejor argumento no proviene de la cancha, sino de una máquina diseñada para detectar mentiras.


