Hoy, 17 de julio de 2025, se cumplen diez años del fallecimiento de Jules Bianchi. El piloto francés, talentoso y prometedor, dejó una profunda huella en la Fórmula 1, no solo por su habilidad al volante con el modesto equipo Marussia, sino por su humildad, carisma y el respeto que generaba dentro y fuera de la pista.
El trágico accidente ocurrió el 5 de octubre de 2014 durante el Gran Premio de Japón en Suzuka, bajo condiciones de lluvia intensa y escasa visibilidad. En la vuelta 43, Bianchi perdió el control de su monoplaza y se estrelló contra una grúa que estaba retirando otro coche accidentado. El impacto fue devastador. Sufrió una grave lesión cerebral y permaneció en coma durante nueve meses, hasta su fallecimiento el 17 de julio de 2015. Tenía apenas 25 años.
Su muerte fue un punto de inflexión en la F1. Desde entonces, la categoría ha implementado mejoras clave en seguridad, incluida la introducción del "halo", que ha salvado vidas. Jules es recordado cada año en el paddock con admiración, respeto y una inevitable sensación de lo que pudo haber sido. Su legado vive en cada joven piloto que lo tuvo como referente.