El reciente nombramiento del alemán como técnico de Inglaterra ha reabierto el debate sobre el éxito y el efecto de los entrenadores extranjeros a la hora de dirigir una selección.
Desde que fue anunciado como nuevo entrenador de la selección inglesa, las criticas tanto de la prensa nacional como internacional no han dejado de llover para Thomas Tuchel. El reconocido diario Daily Mail de Inglaterra por su parte declaró: “Dia Negro”. En Alemania no se quedaron atrás y de forma burlona afirmaron: “La desesperación en Inglaterra debe ser enorme si admiten que ahora solo un alemán puede ayudar”, señalaba Bild, haciendo énfasis el poco éxito reciente que tuvieron los técnicos ingleses al mando de su selección. ¿El motivo del disparate a Tuchel? ¡El seleccionador no es inglés!
Y es que en Inglaterra, como en muchos países, no es bien recibido que un seleccionador extranjero se ponga a frente del combinado nacional. La falta de identidad nacional, la preferencia por técnicos locales , y el choque de barreras culturales y de comunicación son algunas de las razones por la que se pone en duda que un técnico extranjero pueda cumplir con las expectativas de sobresalir con la selección. Asi lo hizo saber el alemán tras tomar la palabra este miércoles en rueda de prensa, consciente de las criticas recibidas: “Siento no tener pasaporte ingles”. Pero no siempre fue así. Recordemos que antes de la renovación con el Madrid, la ‘Canarinha’ contacto a Carlo Ancelotti, una noticias muy esperado por los aficionados pero que nunca llego al hecho.
Lo cierto es que la poca efectividad y los malos resultados recientes de los técnicos ingleses ha provocado que aquellos de elite no tengan gran peso en su curriculum. Y es que no es la primera vez, ni será la ultima, que un entrenador si sienta al frente de una selección nacional. ¿ Es historico que un alemán entrene a Inglaterra? Si. Es malo? Veamos que dice la historia.
Eriksson y Capello, los pioneros.
La llegada de Sven Goran Eriksson en 2001 supuso un punto de inflexión para la selección inglesa. Considerado por la FA como el segundo mejor entrenador de su historia, solo detrás de Alf Ramsey, Eriksson llevó a Inglaterra a los cuartos de final en los Mundiales de 2002 y 2006, así como en la Eurocopa 2004. Su gestión preparó el terreno para Fabio Capello, quien asumió en 2008. Sin embargo, la etapa del italiano fue menos exitosa, ya que Inglaterra fue eliminada por Alemania en los octavos de final del Mundial 2010 con un contundente 4-1. Capello renunció cuatro meses antes de la Eurocopa 2012, alegando que la FA había quebrantado su autoridad, en medio de la controversia del “caso Terry”.
Kubala y Roberto Martínez, el ejemplo español
El húngaro Ladislao Kubala, quinto máximo goleador en la historia del Barça, dirigió la selección española entre 1969 y 1980, siendo el entrenador con más tiempo al mando. Aunque su etapa fue considerada oscura, ya que España no logró clasificarse para los Mundiales de 1970 y 1974, sus números fueron 31 victorias, 21 empates y 16 derrotas. Sin embargo, los entrenadores extranjeros no siempre han tenido resultados negativos. Un ejemplo reciente es el español Roberto Martínez, quien tras asumir el mando de la selección belga en 2016, llevó al equipo a un histórico tercer lugar en el Mundial de 2018 y a liderar el ranking FIFA en varias ocasiones.
Guus Hiddink y Milutinović, el sueño coreano y mexicano
El neerlandés Guus Hiddink asumió la dirección de la selección de Corea del Sur en 2001, y con su enfoque táctico y habilidad para unir al equipo, llevó al país a un histórico cuarto lugar en el Mundial de 2002, venciendo a potencias como Italia y España. De manera similar, el serbio Bora Milutinović dejó su huella en México al asumir la selección en 1985, transformando al equipo en una unidad competitiva que alcanzó los cuartos de final en el Mundial de 1986, celebrado en territorio mexicano. Ambos entrenadores se convirtieron en figuras clave en la historia del fútbol de sus respectivos países.
Pero no todo lo que brilla es oro, porque aunque ha habido muchas instancias felices, pocas han tenido un final realmente exitoso, al menos en Europa. Basta con acotar mirar a los títulos levantados por entrenadores extranjeros, para darse cuenta que son pocos los que han conseguido esta hazaña. En el ámbito mundialista, ninguna selección ha ganado un Mundial con un entrenador extranjero.
Nota de Alvaro Ayala