Lunes posterior a la victoria sobre Novak Djokovic para revalidar título sn Wimbledon, semanas después de conquistar Roland Garros. Cerca de las nueve y media de la mañana. Un Carlos Alcaraz agotado cierra el círculo de Wimbledon 2024 con sus últimos compromisos antes de volar hacia casa. El murciano se activa enseguida en el All England Club. Atiende a Mundo Deportivo en la zona de jugadores.

Fútbol, cena de campeones. ¿Algo corto de sueño?

He dormido un poco. Con la cena, en el centro de Londres, un trayecto más largo, he llegado muy tarde a la casa y entre unas cosas y otras me tuve que acostar tarde. Pero como yo siempre digo, bendito problema.

¿Qué es más importante, ganar una Eurocopa o encadenar Roland Garros y Wimbledon?

Es complicado decirlo. La Eurocopa es cada cuatro años y eso lo hace muy complicado. Roland Garros y Wimbledon es cada año, pero igualmente es complicado porque muy, muy pocos, lo han conseguido. Vamos a dejarlo a la par, las cosas por igual.

¿A quién le damos el Balón de Oro, a Lamine Yamal o a Carlos Alcaraz?

Yo, la Pelota de Oro y él, el Balón de Oro. Vamos a dejarlo así.

Tiene cuatro Grand Slams, ha ganado dos consecutivos. Y sólo le falta el Open de Australia. ¿A por la victoria los cuatro el mismo año? ¿Qué sería eso?

Sería el top del top.

Según Djokovic, polivalente y muy completo. ¿Se lo plantea? No lo hizo ni el ‘Big 3’

Tenemos dos seguidos de cuatro, hemos conseguido la mitad. Pero de momento no es nuestro objetivo de ganar los cuatro. Obviamente, a cada Grand Slam que vamos intentamos ganarlo, pero intentamos no meternos esa presión de conseguirlo. Ya habrá tiempo de ponernos eso en el punto de mira, pero de momento no es lo que pensamos. Es un objetivo claro que nadie o solo uno o dos (Don Budge y Rod Laver) lo han podido conseguir en toda la historia del tenis, así que es algo que nos hace ilusión que esté nuestro nombre en ese dato.

¿Los cuatro en el mismo año?

Claro, claro, ganarlo en el mismo año sería un objetivo y un sueño.

El próximo objetivo son los Juegos Olímpicos de París. Doble opción de medalla.

Vamos no a por un oro, a por los dos con Rafa.

¿Está en contacto con Rafa Nadal por el tema del doble?

No mucho. Él también está en sus cosas, nosotros en las nuestras. Hablamos poquito, pero cuando realmente estemos en los Juegos, hablaremos más de ese dobles y, sobre todo, de cómo vamos a hacerlo.

¿Dejarás que mande él? ¿Temes ponerte nervioso?

Ahora mismo no estoy nervioso. Seguramente cuando se acerque la ocasión sí que lo estaré. Y sí, obviamente, él ya ha vivido esto, él ya sabe lo que es jugar unas olimpiadas, ganar un oro tanto en individual como en dobles. Yo soy nuevo, soy el novato aquí, así que me toca cerrar la boca y solo escucharlo.

¿Con quién te harías un selfie en la Villa Olímpica?

Es algo que no he pensado. Soy muy vergonzoso. No lo sé. Me tendré que ver en la Villa Olímpica y ver a todos los deportistas para decir ‘ostras, me gustaría una foto con él’.

¿Tendrás paciencia? Tú también serás uno de los objetivos de los otros deportistas.

Sí, sí. Para mí es una locura estar viviendo esa experiencia, estar en la Villa Olímpica, y tengo gran respeto por todos los atletas que se han clasificado y están representando a España en los Juegos. Así que quien quiera tener una foto conmigo, que yo creo que el objetivo será Rafa, yo más que encantado.

¿Qué verías de los Juegos?

Me encantaría ver el golf y el baloncesto. El baloncesto me pilla un poco más retirado, es en Lille; el golf me han dicho que es al lado, así que esas dos disciplinas me encantaría verlas.

¿Qué echas de menos cuando estás fuera de casa?

Estar en casa tranquilo, con mi gente. Sin hacer gran cosa porque al final en casa yo disfruto no haciendo grandes cosas, sino lo más sencillo y lo más natural es lo que a mí me caracteriza y más disfruto. Es lo que más echo de menos. Estar en casa tranquilo con mi familia y amigos.

¿Cómo manejáis los celos, las comparaciones, entre los hermanos? Tú tienes fama y dinero.

Yo creo que ellos disfrutan viéndome. Mis logros los sienten suyos. Ellos están apoyándome todos los días. Ellos me ven como el hermano mayor, no como el tenista famoso que ha sido número uno o que ha ganado Grand Slams, sino como el hermano mayor que tengo que cuidar de ellos y Álvaro me ve como el hermano pequeño que soy. Y eso es bonito y eso es lo que quiero de ellos, que ellos no me vean como el tenista sino como la persona de siempre y el hermano pequeño.

¿Tiene que hacerse la cama?

Una vez piso mi casa, estoy bajo las normas de mis padres. Así que da igual que haya ganado dos que haya ganado quince Grand Slams. Ellos son los que mandan y yo creo que eso también es lo bonito. Que una vez que entro en casa me olvido de la parte tenística y soy la persona de siempre.

¿Hay barra libre con los amigos?

A mí me sale pagar, ellos me dicen siempre que no hace falta, que no, que ellos pueden, pero al final me sale un gesto de pagarles la cena. No siempre, pero de vez en cuando.

¿La vida sigue igual con ellos?

Cada uno tiene sus cosas. Con mi grupo de amigos yo estoy muy contento, no solo por ellos sino por el trabajo que ellos hacen y su esfuerzo para conseguir sus propios recursos. No sé la gente de mi edad en España qué hace, yo intento ayudarlos en lo máximo posible, en lo que yo pueda, pero ellos siempre están al pie del cañón. Muchas veces no pueden venir por eso, porque están trabajando.

Habló de mejorar sus hábitos de sueño, alimentación. ¿Qué renuncia le cuesta más?

Todavía me cuestan varias cosas que estoy intentando cambiar. El tema del descanso, por ejemplo, el intentar irme a la cama pronto para dormir mis horas y descansar correctamente. Y el tema del teléfono, intentar quitármelo o utilizarlo menos tiempo. El tema de la comida, por supuesto. Introducir también un poco la lectura, que a mí tampoco me gusta del todo, pero sé que es bueno para mí. Son cosas que, poco a poco estoy intentando mejorar, pero que me cuestan. Sí, me cuestan.

¿Por qué ha apartado el gluten?

Es porque me siento mejor. Me hice una prueba de ver qué me venía bien y qué me venía mal y se vio que el gluten no me sentaba del todo bien, pero yo no lo sentía. Al final intolerancia no era. Era, simplemente que si quería dar ese uno o dos por ciento extra al estar mejor físicamente y encontrarme mejor en la pista tenía que quitármelo.

Se marcha de Londres. ¿Ha normalizado el éxito?

Sigo sintiendo los nervios como si fuera la primera vez que lo vivo. Sigue siendo bonito y especial. Yo creo que no le pierdo esa ilusión de volver a saltar a la pista central, de volver a jugar otra final de Wimbledon y eso es muy bonito. Ojalá que lleguen más finales y más veces en la central. De momento yo sigo viviendo todo como si fuera la primera vez. La misma ilusión. Y nervios.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO