Las acciones de Nike se hundieron este viernes después de que las perspectivas para todo el año de la empresa de zapatillas no cumplieran las expectativas, avivando las preocupaciones de los inversores sobre la disminución de la demanda y la competencia de las nuevas On y Hoka, así como de su tradicional rival Adidas.

La mayor empresa de ropa deportiva del mundo prevé un descenso de los ingresos de un dígito en el actual ejercicio fiscal, que comenzó este mes. Los analistas esperaban un crecimiento de alrededor del 2% este año, según las estimaciones recopiladas por Bloomberg.

Las acciones cayeron hasta un 19%, la mayor baja de Nike desde 2001. A la mañana, el derrumbe había aniquilado cerca de 23.000 millones de dólares en valor de mercado. Las acciones ya habían caído un 17% en los últimos 12 meses.

Otros fabricantes de artículos deportivos, como JD Sports Fashion y Puma se vieron arrastrados a la baja. Adidas subió a primera hora del viernes en Fráncfort, pero la acción borró más tarde la ganancia.

Después de años de dominio, Nike está luchando por encontrar otro éxito que reemplace las zapatillas más vendidas, como las Air Force 1 y las Dunk. El empeoramiento de los resultados aumenta la presión sobre el CEO, John Donahoe. El ejecutivo ha recurrido a despidos y otras medidas de ajuste después de que una iniciativa para dar prioridad a los canales de venta propios de Nike no produjera los niveles prometidos de beneficios y crecimiento.

En los últimos años, Nike también redujo su dependencia de los comercios minoristas, que a su vez han empezado a impulsar marcas rivales. La oleada de competencia de marcas más recientes, como On Holding y Hoka, de Deckers Outdoor, empujó a Nike a prometer que daría prioridad a los deportes, los nuevos productos y los socios mayoristas.

La trayectoria contrasta con la de Adidas, cuyo nuevo CEO, Bjorn Gulden, volvió a apostar por los comercios minoristas y aceleró la introducción de nuevos productos, como la zapatilla retro Samba, que se ha convertido en un éxito y ha impulsado una nueva era de crecimiento. También ha afinado el enfoque de la empresa en el rendimiento atlético.

Los ingresos de Nike en el cuarto trimestre cayeron un 1,7%, hasta 12.600 millones de dólares, por debajo de la media de las estimaciones de los analistas. La filial Converse, conocida por sus zapatillas Chuck Taylor, fue la más rezagada, ya que sus ingresos cayeron un 18% debido a las bajas ventas tanto en Norteamérica como en Europa Occidental.

Donahoe asumió el cargo de CEO de Nike en enero de 2020, tras muchos años al frente de empresas tecnológicas como ServiceNow y eBay. Antes de eso, había pasado casi dos décadas en la consultora de gestión Bain & Company, donde en 1999 se convirtió en CEO.

Algunos analistas criticaron el enfoque de liderazgo de Donahoe. Sam Poser, de Williams Trading, argumentó recientemente que los actuales altos ejecutivos de Nike carecen del «instinto y experiencia que tenía el equipo anterior». Eso dejó a Nike en una situación de modelo «de push» (empuje), dijo Poser, en la que una empresa tiene que intentar convencer a los consumidores para que compren sus productos en lugar del escenario opuesto, donde la gente lucha por conseguir los zapatos y la ropa de una empresa.

Esa es una marcada diferencia con lo que Nike estuvo experimentando durante gran parte de la última década, durante la cual básicamente duplicó sus ingresos de 25 mil millones de dólares en 2013 a más de 50 mil millones de dólares en la actualidad. Si bien las ventas anuales cayeron durante el inicio de la pandemia de Covid en 2020, el crecimiento ha sido notable hasta los últimos trimestres.

Ahora, los líderes de Nike piden paciencia mientras la compañía busca acelerar el lanzamiento de nuevas franquicias en las categorías de fitness y estilo de vida en la segunda mitad de este año fiscal y luego lanzar más productos nuevos durante los próximos años.

«Un regreso a esta escala lleva tiempo», dijo el director financiero Matt Friend durante una charla con analistas. Pero advirtió que cambiar la línea de productos erosionará las ventas en el corto plazo.

Los ejecutivos de Nike culparon en parte de la desaceleración a las marcas de lifestyle, incluidas Air Force 1 y Nike Dunks. Las ventas de la categoría cayeron por primera vez desde el inicio de la pandemia, cuando se disparó la demanda de ropa informal.

Los problemas podrían provocar reducciones de dos dígitos en las expectativas de ganancias de los analistas para la compañía durante este año y el próximo, según el analista James Grzinic, de Jefferies. Además, la era en la que las reacciones bursátiles de las empresas europeas de calzado seguían a las de Nike se está desmoronando.

Adidas es ahora la marca deportiva preferida a nivel mundial por los inversores, mientras que Nike y Lululemon Athletica pierden impulso, dijo Grzinic. La debilidad de los propios canales de venta de Nike también es motivo de preocupación, ya que el gigante de la ropa deportiva podría estar cambiando el núcleo de sus compradores, que se alejan debido a la falta de novedades”, dijo el analista de Bloomberg Intelligence, Poonam Goyal.

TEXTO TOMADO DE EL CLARÍN