El Manchester City se puso ya a la altura del resto de sus competidores a nivel de encuentros tras vencer este martes al Brentford gracias a un solitario tanto de Erling Haaland, que volvió a mojar para no perder la costumbre (1-0).

Salió Pep Guardiola dando descanso a Kevin de Bruyne y Jeremy Doku ante un equipo, el de Thomas Frank, en mala dinámica a pesar de su valiente propuesta, que en momentos generó dificultades a los ‘citizen’.

Era de esperar que el Brentford apostara por cerrar los carriles interiores y regalara las bandas, pero a diferencia de otros equipos fue mucho más alegre y preciso en sus contragolpes, con numerosos futbolistas, lo que inquietó en según que punto al Manchester City.

Disparos hubo, eso no se puede negar. Y empezó fuerte el vigente campeón de la Premier League, con un aviso de Haaland y dos de Foden, especialmente claro el segundo, que hacían indicar que eso iba a ser coser y cantar. Pero no, recuperó cierto control Thomas Frank de su planteamiento y así fue como Onyeka tuvo una clarísima en un mano a mano y Toney, el más peligroso, otra de falta.

Acabó algo desesperado el City ese primer tiempo. Flekken vio como donde no llegó él, lo hicieron sus compañeros. Del minuto 34 al 44, fue un asedio total. Bernardo empezó con un cabezazo en posición muy ventajosa que falló, por medio Mee le sacó en la línea el tanto a Bobb y, para rematar, casi es Ruben Dias desde lejos el que sorprende.

No se movió el marcador y, para colmo, la segunda mitad tomó un ritmo radicalmente distinto. Como si se le hubiera acabado la energía al City, todo ese aire intimidatorio en el balcón del área desapareció, dando aire al Brentford para que recompusiera su dibujo.

Aun así, solo hace falta un mínimo falló para que este City te mate, y no lo iba a evitar el combinado de Frank. Recibió de su propia medicina en una contra en la que tuvo Ajer la mala fortuna de resbalarse en la carrera ante Haaland, que no perdonó frente a Flekken (71′). Y cantó el Etihad minutos después el segundo del noruego, que no subió al marcador por fuera de juego previo del asistente Walker.

Decidió Guardiola no echar mano de Kevin de Bruyne aún lo justo de la victoria. También que su equipo echara el freno de mano, atacara con paciencia manejando el crono, aunque sin renunciar al segundo, que evitó Flekken con una gran acción sobre Foden. Finalmente no llegó, pero tampoco lo necesitó el City, que amenaza el trono del Liverpool.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO