André Onana está en el punto de mira. Todos le señalan. Medios, aficionados y analistas le ven como el máximo responsable de la debacle europea del Manchester United, al que solo un milagro posibilitará clasificarse para los octavos de final de la Champions League tras el KO ante el Galatasaray (3-3).

Onana firmó ayer errores garrafales en el partido ante los turcos y en Inglaterra la prensa (toda) no entiende la confianza ciega de Erik Ten Hag en el portero africano, que no es la primera vez que deja en evidencia al preparador neerlandés por alguna pifia en más de un encuentro. Ten Hag le tuvo en el Ajax y creyó que el camerunés haría olvidar a un De Gea al que hoy todos añoran.

Algunos medios ingleses apuntan que Onana está solo y ponen el foco en el hecho de que, después del fatídico choque en Estambul, solamente un jugador acudió a apoyar al portero y fue un futbolista del equipo rival: el meta del Galatasaray, Fernando Muslera. Algo que, por otro lado, suelen hacer los porteros de ambos equipos tras el pitido final.

Ten Hag, que le fichó en verano procedente del Inter de Milán por más de 50 millones de euros, trató ayer de quitarle la presión de encima al meta y se señaló como máximo responsable de la situación del equipo («no se trata de individualidades», dijo), pero en Inglaterra ya no están por la labor de perdonar más a Onana.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO