La selección brasileña vive una de las peores crisis de las últimas décadas después de un 2023 plagado de récords negativos. La humillante derrota ante la Argentina de Lionel Messi en Maracaná ha sido el último borrón de un año para olvidar.
La Canarinha no encuentra el rumbo a las órdenes de Fernando Diniz, que compagina el cargo de seleccionador nacional con el de técnico del Fluminense, con el que se proclamó campeón de la Copa Libertadores.
El primer dato llamativo es que Brasil ha firmado este año más derrotas que victorias: 5 (Marruecos, Senegal, Uruguay, Colombia y Argentina) frente a 3 (Guinea, Bolivia y Perú), además de un empate ante Venezuela.
Es la primera vez desde 1963 en la que la Canarinha cierra el año con más derrotas que victorias.
Derrotas históricas
Y hay más, porque el martes, ante la Albiceleste (0-1), encajó su primera derrota en casa en unas eliminatorias suramericanas para un Mundial.
El pasado jueves cayó frente a Colombia (2-1) por primera vez en una fase clasificatoria mundialista.
Los primeros minutos de Endrick, la enésima revelación del fútbol brasileño fichada por el Real Madrid, con la absoluta quedaron totalmente eclipsados.
En octubre Uruguay le dio un baño en Montevideo (2-0), donde para el colmo de las desgracias Neymar, faro de esta generación, sufrió la peor lesión de su carrera deportiva al romperse el cruzado y el menisco de la rodilla izquierda. Hacía 22 años que Brasil no perdía contra los uruguayos.
De esta forma, encadena tres derrotas consecutivas en unas eliminatorias mundialistas, lo que nunca había ocurrido hasta ahora, y acumula una racha de cuatro partidos sin ganar, algo también inédito, pues antes había empatado con Venezuela (1-1).
Cerca tiene ya la peor racha de derrotas de su historia sumando todas las competiciones, que es de cuatro (2001), según los datos de la plataforma BeSoccer.
Dos entrenadores interinos en un año
Sin líderes, sin ímpetu y sin el calor de una afición cada vez más alejada sentimentalmente de este equipo, la selección más laureada del mundo también ha sufrido con el baile de técnicos.
Adenor Leonardo Bachi ‘Tite’ abandonó tras el Mundial de Qatar, en el que la Canarinha volvió a decepcionar, tras caer en cuartos de final ante la Croacia de Luka Modric, y dejó un vacío más grande de lo que se pensaba.
Esperando a Ancelotti
La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) ejecutó entonces un movimiento arriesgado al apostar todas las fichas al nombre de Carlo Ancelotti, con contrato vigente en el Real Madrid.
La directiva de la CBF asegura tener un acuerdo informal con el entrenador italiano para hacerse cargo de la absoluta a partir de la Copa América, que se disputa entre junio y julio de 2024 en EE.UU.
El exentrenador de Milan y París Saint-Germain niega la mayor y dice estar concentrado en el conjunto blanco.
El estilo de Diniz no cuaja
Brasil ha decidido esperarle y, tras el adiós de Tite, le dio la alternativa a Ramon Menezes, técnico de la sub-20 y la olímpica.
El experimentó no funcionó: tuvo dos derrotas (Marruecos y Senegal) y una victoria (Guinea).
Optó entonces por Fernando Diniz. Para Neymar, el técnico brasileño es “uno de los mejores entrenadores del mundo”. Firmó con la idea de hacer de tapón hasta la llegada de Ancelotti.
Además, le permitieron seguir en el banquillo del Fluminense. Tuvo un debut brillante ante Bolivia en las eliminatorias (5-1), pero su estilo de juego de larga posesión, puro guardiolismo, no ha terminado de cuajar.
A la espera de las jóvenes
Con Neymar y Casemiro superando la treintena, la selección brasileña confía en que las nuevas generaciones den un paso al frente.
Ahí es donde entran los Vinícius, Rodrygo y compañía, quienes, hasta el momento, están muy lejos del nivel que han mostrado en sus clubes.
En el caso de Vinícius, que se lesionó ante Colombia, acumula más de 1.400 minutos con la absoluta y apenas 3 goles.
Endrick y Vítor Roque, la otra joven promesa atada por el Barcelona, son ahora las grandes esperanzas para relanzar el potencial de la pentacampeona del mundo.
TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO