El Milan volví a la rutina de la Serie A con el subidón de haber ganado al Paris Saint Germain en Champions League pero pagó su inconsistencia, algo que lo que no se termina de despegar, ante un Lecce que dejó con vida y supo aprovecharlo hasta tal punto que casi se lo lleva (2-2).

Perdió claramente dos  puntos el cuadro de Pioli cuando todo apuntaba a que tenía el partido totalmente en el bolsillo. Solo hubo que ver la primera mitad, en la que los rossoneri no sufrieron lo más mínimo y que llevaron el protagonismo con paciencia.

Giroud, que ya venía de marcar al PSG, repitió su gran sociedad con Theo Hernández para adelantar al Milan (28′) y no mucho más tarde Reijnders, al que el palo le privó de un doblete, fue inteligente en la conducción de un contragolpe para ampliar la ventaja (35′).

Vale decir que Pioli tuvo cierta fortuna de no encajar antes del descanso. En la única clara del Lecce, un remate a bocajarro de Banda, Maignan respondió con una parada espectacular.

Creyó el Milan que tenía el partido en el bolsillo. Pero no. En el primer disparo del segundo tiempo del Lecce, obra de un Sansone recién ingresado al campo, se recortaron las diferencias (66′). Y en un abrir y cerrar de ojos se volvió a empatar el duelo, en este caso en botas de Bamba tras una transición (70′).

Le entraron las urgencias a un Milan, que precipitadamente separó sus líneas en busca del triunfo. El partido quedó abierto, siendo un auténtico correcalles, y quien tuvo las mejores fue el Lecce. La madera repelió un cabezazo de Sansone y ya en el 93′, con Giroud que acababa de ser expulsado por protestar, Piccoli se sacó de la nada y desde muy lejos un trallazo que cogió pro sorpresa a Maginan. No obstante, en una decisión muy polémica, el árbitro lo anuló mediante VAR tras considerar falta un sutil pisotón a Thiaw en la jugada del gol.

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO