No hace mucho tiempo, Roberto Firmino, Mohamed Salah y Sadio Mané formaron el ataque más temido de toda Europa por su forma de entenderse, de jugar y de aplastar a sus rivales de la mano de Jürgen Klopp.

Ese Liverpool parecía absolutamente imparable, pero es oro todo lo que reluce. Hubo un tiempo en que se había rumoreado que había estallado la relación entre el egipcio y el senegalés por las individualidades del primero, y esto lo confirmó ahora el brasileño en una entrevista al The Guardian.

«Vi de primera mano las miradas, las muecas, el lenguaje corporal, la insatisfacción cuando uno estaba enfadado con el otro. Podía sentirlo. Yo era el vínculo entre ellos en nuestro juego de ataque y el bombero en esos momentos», expresó Firmino, ahora jugando en el Al-Ahli de Arabia Saudí.

El mundo se empezó a dar cuenta de que no iba todo bien cuando Mané se enfadó mucho con Salah en un partido ante el Burnley en el que acabó siendo sustituido y tuvo que ser calmado después de que el egipcio no jugara con él en un par de jugadas claras. «Para muchos, ese desacuerdo entre Sadio y Mo fue el primero. Para algunos, el primero y el último. Sabía que se había estado gestando la temporada anterior (2018-19). Mi instinto y mi deber era calmar la situación entre ellos», insistió Firmino, acotando que «Salah y Mané habían tenido sus pequeños problemas antes pero esta vez pasó todo en el campo, para que el mundo lo viera. Ese día en Burnley, se destapó todo».

«Mané fue más intenso tanto en los buenos como en los malos momentos. Era el más explosivo de nosotros tres», cuenta el brasileño, que «siempre estaba hablando con él, dándole consejos, tratando de calmarlo. Le diría que encontrara la paz, jugara para el equipo y se mantuviera relajado». «No sé si era consciente o no, pero Salah solía frustrar a todos cuando no pasaba el balón», aclaró Frimino, hasta tal punto que Klopp «abordó este tema delante de todos nosotros. Fue una clara insinuación dirigida a Salah».

TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO