Un afortunado gol de Manuel Locatelli decidió uno de los partidos más grandes del fútbol italiano. Un Milan-Juventus opacado en la previa por el ‘caso apuestas’, en el que se vieron envueltos el ex ‘rossonero’ Sandro Tonali y el juventino Nicolò Fagioli, sancionado con siete meses sin jugar.

La ‘Vecchia Signora’ rompió así la racha triunfal del Milan, que no conocía la derrota desde el 5-1 ante el Inter, y recuperó la tercera plaza de una Serie A más apretada que nunca, con los tres primeros clasificados en solo dos puntos.

En un duelo al que ambos equipos llegaban con muchas bajas, la nota más destacada fue la titularidad del tercer portero del Milan, el veterano Antonio Mirante, ante las ausencias de Mike Maignan, expulsado en el partido en el que Olivier Giroud terminó bajo palos, y Marco Sportiello, lesionado.

Precisamente de las botas de Giroud, de vuelta a la punta de ataque, llegó la primera ocasión de un encuentro que Dusan Vlahovic y Federico Chiesea empezaron en el banco. El galo se revolvió dentro del área y se sacó un gran remate a la media vuelta, pero Wojciech Szczesny reaccionó con una mano todavía mejor. El dominio milanista, estéril, se vio frenado en seco por la la roja directa Malick Thiaw al filo del descanso. El alemán agarró a Moise Kean cuando era el último hombre y Maurizio Mariani no dudó.

Con la Juve en superioridad numérica, el duelo dio un giro de 180 grados. Kean, con todo a favor, avisó en las postrimerías del primer tiempo, aunque el definitivo 1-0 iba a llegar pasada la hora de juego, gracias a un zapatazo de Locatelli que tocó en Rade Krunic, haciendo inútil la estirada de un Mirante que, a sus 40 años, cuajó una actuación notable. Golpe de efecto de la Juventus y duro revés para el Milan, que fantaseaba con llegar a su duelo europeo ante el París Saint-Germain en lo más alto de la tabla.

TEXTO TOMADO DE MUNDO DEPORTIVO